¡No salgas de casa sin eso!
«Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vió y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro y lo recibió con abrazos y besos» (Lucas 15:20).
EL DR SZABO, PROFESOR DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE Kiel, Alemania, lideró un estudio que duró diez años y descubrió que los hombres que le daban un beso cariñoso a su esposa (¡qué buen ejemplo!, ¿no?) antes de irse a trabajar, vivían una media de cinco años más y cobraban sueldos entre un 20 y 35 % más altos que sus colegas que se iban sin dar ese beso.
Además también se informó que el hecho de no dar ese beso a la esposa antes de salir, aumentaba en un 50% la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico. Es obvio que el beso en sí no es el responsable de todo eso, sino la actitud positiva y la SENSACIÓN DE ARMONÍA que el acto generalmente revela.
¿Cuál es tu actitud antes de salir de casa? Si fuera la última vez que vieras a las personas con las que convives a diario, ¿ cómo te gustaría despedirte? Sin duda un beso o un abrazo tierno, durante una despedida, sería nuestra actitud elegida hacia quienes amamos. Sin embargo las prisas y las distracciones cotidianas a veces desvían nuestra atención a ese acto tan importante.
Muchas personas además, cultivan en secreto cierta vergüenza de mostrar afecto. Abrazas y besar a quienes amamos no son solo actitudes saludables, que aumentan la esperanza de vida y las probabilidades de éxito, son también actitudes recomendadas por Dios mismo.
Como en la parábola del hijo pródigo, Dios anhela abrazarnos y besarnos, estrecharnos en sus brazos amorosos por toda la eternidad. Debemos hacer lo mismo con nuestros seres queridos. Por lo tanto no salgas de casa sin demostrar afecto. ¡Pídele a Dios que te ayude a estar siempre atento a lo que realmente importa!