«Dios creó, linneo organizó»
«Y Dios el Señor formó de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre. El hombre les puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes, y ese nombre se les quedó. Sin embargo, ninguno de ellos resultó ser la ayuda adecuada para él» (Génesis 2:19).
LA FRASE QUE DA TÍTULO A LA REFLEXIÓN DE HOY ES DE CARLOS Linneo, botánico, zoólogo, naturalista y científico sueco, creador de la clasificación y la nomenclatura científicas utilizadas para definir las especies hasta nuestros días. Fue uno de los fundadores de la Real Academia de las Ciencias de Suecia y publicó más de 300 artículos y 70 libros. En la portada de una de sus principales obras, Systema naturae (Sistema natural), aparece una ilustración de un hombre dando nombres del sistema binomial a las criaturas del Jardín del Edén.
Esta ilustración podría describir el acontecimiento que tuvo lugar hace milenios, cuando se permitió a los seres humanos ponerle nombre a cada uno de los animales creados por Dios.
Aunque la frase que da título a la reflexión de hoy no es muy modesta que digamos, en otra frase también atribuida a este científico, él hizo una clara confesión de su fe: «Vi pasar cerca de mí al Dios eterno, infinito, omnisciente y omnipotente, y caí de rodillas en adoración».
Linneo tuvo un gran impacto en la forma en que los científicos se comunican en todo el mundo. Incluso más de 200 años después, su contribución a la ciencia sigue teniendo gran importancia. Ese es el tipo de impacto que una persona temerosa de Dios puede causar en la tierra.
Dios nos invita a marcar la diferencia y a dar testimonio del Creador que conocemos. ¿QUÉ PUEDES HACER TÚ PARA MOSTRAR A LOS DEMÁS QUIEN ES DIOS? Piénsalo y pon en práctica tus ideas.