Los ojos del Señor
“En todo lugar están los ojos del Señor, observando a los malos y a los buenos” (Proverbios 15:3, Nueva Biblia de Las Américas).
La mayoría de las casas tiene un timbre para indicar que alguien ha llegado. Pero algunas residencias van más allá: cuentan con equipos que pueden captar el sonido y la imagen de quienes están en la calle y quieren entrar.
¿Alguna vez has pensado, desde el interior de tu casa, en seguir varios ángulos de la calle o del barrio al mismo tiempo? ¡Vaya, eso suena como algo de espías o detectives! Para lograr esta hazaña, necesitarías un buen equipo de videofilmación, porque ningún ser humano puede ver más de un lugar a la vez.
¿Y Dios? A diferencia de nosotros, él siempre puede ver todas las cosas en todas partes al mismo tiempo, sin ninguna cámara especial. En este momento, él puede verte a ti y a todos tus amigos y familiares en todo el mundo, simultáneamente. ¡Parece imposible! Y lo es, para nosotros. Pero para él es algo normal.
Él ve cuando haces cosas buenas, pero también ve cuando haces cosas malas. Él ve cuándo estás más necesitado de él. Cuando salí sola por primera vez, fue para ir a una reunión de la iglesia. Yo tenía miedo. Siempre iba con mis padres en el automóvil o con amigos mayores. Pero estaba sola esa vez. Mi madre se despidió de mí en la puerta de casa y comencé a caminar. Cada quince o veinte pasos miraba hacia atrás; y allí estaba ella, observándome. ¡Oh! ¡Qué buena sensación de seguridad! Pero cuando pasé por la primera esquina, ya no nos veíamos. Recuerdo haber pensado: “Bueno, Sueli, ¡a partir de ahora estás sola!” Entonces mis ojos se volvieron más abiertos; mis oídos, más atentos; y mis pasos, más rápidos.
Para quien busca vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, pensar que nunca saldremos del campo de visión de Dios debe traer tranquilidad y seguridad. ¡Dios está con nosotros!
Piénsalo bien: Dios te está viendo. ¿Eso te preocupa o te alivia?