Ser generoso hace bien
«El que es generoso, prospera; el que da, también recibe» (Proverbios 11:25).
SER GENEROSO PUEDE SER BENEFICIOSO PARA LA SALUD FÍSICA y mental, ¿lo sabías? En un estudio realizado con más de 70 niños se utilizaron electrodos para monitorear sus señales nerviosas en situaciones en las que se le pedía al niño que donase sus monedas a un enfermo.
Uno de los electrodos se conectaba al nervio vago, ya que su actividad sirve para medir las respuestas al estrés y revela si la persona se siente tranquila y confiada. Los resultados mostraron que el acto de donar estaba directamente asociado a una mayor actividad de este nervio, lo que proporciona una mejor salud física y emocional.
Otro dato analizado por los investigadores fue el estatus socioeconómico de las familias de los participantes. Curiosamente, los niños de familias con mayor poder adquisitivo eran menos generosos. Triste, ¿verdad?
Todos deberíamos unirnos en la lucha contra la desigualdad social. Tenemos en Jesús un ejemplo de amor abnegado y de altruismo; él renunció a las glorias del cielo para ser siervo en este mundo de pecado. Además, tal como señaló la investigación, el estilo de vida que Cristo desea que tengamos puede garantizarnos una mejor salud física y mental.
Ninguno de los consejos que Dios nos da está relacionado SOLAMENTE con el bienestar de los demás. Cuando él nos pide que cuidemos de nuestro hermano es porque sabe que esto también promoverá nuestro propio bienestar. Al fin y al cabo, como se nos revela en el versículo de hoy, «el que da, también recibe» .
¿QUÉ TE PARECE EXPERIMENTAR HOY MISMO LOS BENEFICIOS DE UN COMPORTAMIENTO GENEROSO?
¡HAZ EL BIEN!