La casa de Dios
«Solo una casa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura» (Salmos 17: 4)
UN ESTUDIO PUBLICADO EN 2019 REVELÓ QUE CASI EL 70% de los jóvenes estadounidenses que frecuentaron una iglesia protestante durante al menos un año cuando eran adolescentes, ya no van a la iglesia. Los cinco motivos más frecuentes para abandonar la iglesia fueron: mudarse para ir a la universidad, la presencia de miembros críticos o hipócritas, dejar de sentirse conectados a la gente, no estar de acuerdo con la postura de la iglesia en cuestiones políticas o sociales y el trabajo. A pesar de los motivos aducidos, la mayoría (alrededor del 71%) declaró que abandonar definitivamente la iglesia, no fue una decisión intencionada. simplemente sucedió.
Muchas veces, no son acciones premeditadas las que nos alejan de la casa de Dios. Nuestros sentimientos se van enfriando y, cuando menos lo esperamos, ya estamos alejados no solo de la iglesia, sio de la comunión con Dios. Es un hecho que una relación con Cristo no se construye solo en la iglesia, y que asistir a los servicios religiosos no significa ser salvo o ser mejor. La verdadera razón por la que debemos asisitir a la casa de Dios,es porque Él nos llama explícitamente a hacerlo (léelo en tu Biblia en Hebreos 10:25).
En la iglesia podemos contemplar la bondad de Dios y escuchar sus orientaciones. No siempre es fácil frecuentar la iglesia, pero es una actitud importante y un consejo de Dios para nosotros. Las consecuencias negativas en la vida de quienes se apartan de Dios y de sus consejos son evitables.
Por lo tanto ve a la casa de Dios, escucha un himno, alaba y permanece atento a las enseñanzas de la Biblia.
Señor, ¡Fortalece mi deseo de estar en tu casa y de escuchar tus orientaciones!