¡Maranata!
“El que declara esto, dice: ‘Sí, vengo pronto’. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:20).
Toda espera genera expectativa y preparación. ¿Alguna vez has esperado a un ser querido después de que estuviera lejos por mucho tiempo? ¿Cómo te sentiste? ¿Preparaste tu casa para recibirlo? Así como es bueno esperar a alguien a quien amamos, debemos esperar ansiosamente el regreso de Jesús. Además, necesitamos estar preparados para vivir en el cielo.
El regreso de Jesús será el acontecimiento más grande de la historia. La primera vez que vino a la Tierra, era un bebé indefenso en la ciudad de Belén, pero no será así en su segunda venida. Todas las personas del mundo lo verán regresar (Apoc. 1:7), sin importar dónde se encuentren. Una pequeña nube del tamaño de una mano cerrada aparecerá en el cielo. Comenzará a aumentar y saldrá una luz como un fuerte relámpago. Sobre la nube aparecerá un hermoso arcoíris, símbolo del pacto de Dios con su pueblo. Entonces, se podrá ver a Jesús con una corona brillante que ciñe su cabeza. Sonarán las trompetas y miles de ángeles cubrirán todo el cielo.
¡Será una escena hermosa! En la Tierra, los que estén preparados y salvos serán felices. Para estas personas, será un día maravilloso. Sin embargo, aquellos que no se prepararon estarán perdidos, totalmente desesperados. Los que murieron amando a Jesús resucitarán (1 Tes. 4:16). En un instante, como en un abrir y cerrar de ojos, los salvados serán transformados. Recibirán un cuerpo nuevo y serán llevados al cielo, en compañía de los ángeles.
¿Sabes qué será aún más hermoso? Su presencia entre los salvados. Por lo tanto, es necesario prepararse para el regreso de Jesús; ir a la iglesia, estudiar la Biblia, orar, cantar himnos, y vivir cada día con esa esperanza en el corazón. Jesús te invita a ti y a tu familia a participar de esta hermosa fiesta. ¡Maranata!
