
«Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó» (2 Crónicas 26:5, RVR 1960).
En la Biblia encontramos la historia de Uzías, quien se convirtió en rey de Judá a una temprana edad. Uzías fue un joven valiente y decidido. Desde el principio de su reinado, se esforzó por buscar a Dios. Reconoció la importancia de tener una relación personal con el Creador y entendió que su prosperidad y su éxito dependían de ello. Uzías buscó a Dios a través de los profetas y su sabiduría divina.
Como resultado de su búsqueda constante de Dios, Uzías experimentó la prosperidad y el favor divino en su reinado. Fue exitoso en la expansión del reino, en la construcción de fortalezas y en la derrota de los enemigos. Pero su éxito no se debió únicamente a su habilidad y su estrategia, sino a su dependencia de Dios y a su búsqueda constante de su presencia.
La historia de Uzías nos enseña la importancia de buscar a Dios en todo momento y en todas las circunstancias. A veces, podemos sentirnos abrumados por las responsabilidades y los desafíos que enfrentamos. Pero, cuando buscamos a Dios y nos rendimos a su voluntad, él nos guía y nos fortalece.
Al igual que Uzías, necesitamos reconocer que nuestra prosperidad y nuestro éxito provienen de Dios. No podemos confiar en nuestras propias habilidades o en la sabiduría del mundo, pero sí en la presencia y el poder de Dios. Cuando buscamos a Dios de todo corazón, nos guía en el camino correcto y nos bendice abundantemente.
Ojalá, siguiendo el ejemplo de Uzías, nuestra vida refleje la determinación y el deseo de buscar a Dios en todo momento, confiando en su sabiduría y guiados por su presencia.
Oración: Permíteme, Señor, experimentar tu prosperidad y tu bendición a medida que me rindo a ti y te busco de todo corazón.

