Somos 1
“El Padre y yo somos uno solo” (Juan 10:30).
Quizás hayas escuchado que la unión hace la fuerza, o que varias cabezas piensan mejor que una. Estos dichos populares hablan del trabajo en equipo. Para nosotros, trabajar juntos no es una tarea tan sencilla porque, en general, tenemos dificultades para ceder, compartir, e incluso hacer nuestra parte. Las hormigas, sin embargo, son un ejemplo cuando se trata de trabajo colectivo. A pesar de ser pequeñas y frágiles, cuando están juntas, dependiendo una de la otra, se vuelven extremadamente fuertes y productivas.
Dios también trabaja en equipo. El Padre gobierna todas las cosas, Jesús vino a salvarnos y el Espíritu Santo transforma nuestro carácter. Se distribuyen los roles y se organizan para el servicio. Pero, de una manera que no podemos explicar, estas tres Personas son el único Dios verdadero.
En el bautismo de Jesús, cada Persona de la Deidad estaba presente. A pesar de no tener pecado, Jesús fue bautizado para darnos un ejemplo. El Espíritu Santo descendió en forma de paloma, y en ese mismo momento se escuchó la voz del Padre, que decía a Jesús: “Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo” (Marcos 1:11).
Solo en el cielo podremos entender un poco más acerca de la Deidad en tres Personas. Hasta que llegue ese día, podemos contar con el pleno apoyo de estas tres Personas maravillosas, que trabajan juntas por nuestra salvación.