Bendiciones multiplicadas
«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es esto para tanta gente?» (Juan 6:9).
¿QUÉ OCURRE SI MEZCLAMOS UNA SODA (GASEOSA) CON SAL? Si viertes una cucharada sopera de sal en 300 ml de una gaseosa de cola, la reacción (llamada nucleación) hará que el líquido se vuelva espumoso y que el contenido haga erupción (el efecto parece aún mayor si utilizas una botella pequeña). Esto se debe a que la superficie rugosa de los granos de sal constituye un lugar adecuado para que el dióxido de carbono de la gaseosa forme burbujas.
En este experimento, el contenido de la bebida, que inicialmente se mantenía bien dentro del recipiente, pareció multiplicarse y por ende se desbordó debido a la reacción de nucleación. Pero el versículo bíblico de hoy relata una multiplicación mucho más increíble.
Se había reunido una gran multitud para escuchar el mensaje de Cristo. Jesús le preguntó a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar pan para toda esta gente?» (Juan 6:5). Andrés tomó la iniciativa y entregó a Jesús cinco panes y dos peces. Aun así, él no sabía cómo se podría alimentar a una multitud con tan poco. En el versículo, Andrés completa su discurso preguntando: «Pero, ¿qué es esto para tanta gente?».
A pesar de la escasa fe de los discípulos, Jesús les pidió que organizaran a la multitud, que tomaran el alimento que él tenía en sus manos y que se lo repartieran a toda la gente. ¡Fue entonces cuando, ante sus incrédulos ojos, ocurrió un milagro inolvidable! Los panes y los peces eran la prueba de que nada es imposible para Dios.
Al estar junto a Cristo, se produce en nosotros una verdadera reacción de nucleación: las bendiciones se multiplican y empezamos a compartir ese amor tan grande que no cabe en nosotros. ¡Su amor nos desborda!
Cree en el poder de Jesús y busca oportunidades para compartir las bendiciones que él ha multiplicado en tu vida.
No te olvides del compromiso que hiciste ayer. Piensa siempre en cosas buenas, ¿ok?