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«El Señor te cuidará; de todo mal guardará tu vida. El Señor cuidará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre» (Salmo 121:7, 8).
La adolescencia es una etapa de la vida llena de desafíos y decisiones importantes. En medio de todo eso, es natural sentirte vulnerable y buscar seguridad. El Salmo 121:7 y 8 nos recuerda que Dios es nuestro refugio y protector constante. En esta reflexión exploraremos cómo podemos encontrar seguridad en Dios en medio de las incertidumbres de la adolescencia.
Imagina que estás en medio de una tormenta. La lluvia cae con fuerza, el viento sopla con violencia y te sientes asustado. Pero, de repente, encuentras refugio bajo un gran árbol. El árbol te protege de la lluvia y el viento, y te sientes seguro. Así es como Dios nos protege en medio de las tormentas de la vida. Profundicemos en los conceptos de este texto.
Protección de Dios. El versículo 7 nos dice que el Señor te guardará de todo mal. Esto significa que no importa cuáles sean los desafíos que enfrentes, Dios está ahí para cuidarte. Puedes confiar en su protección en todas las circunstancias. No importa si te enfrentas a problemas en la escuela, desafíos en tus relaciones o decisiones difíciles, Dios está contigo para protegerte.
Cuidado constante. El versículo 8 nos asegura que «el Señor cuidará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre». Dios está interesado en cada detalle de tu vida. Él te acompaña en cada paso que das, desde el momento en que te levantas por la mañana hasta cuando te acuestas por la noche. Puedes encontrar consuelo en saber que Dios está cuidando de ti en todo momento.
Confianza en Dios. La vida puede ser incierta y a veces atemorizante, pero puedes confiar en que Dios está a tu lado. Así como encontraste refugio bajo el árbol en medio de la tormenta, puedes encontrar refugio en Dios en medio de las dificultades. Puedes orar y hablar con él en cualquier momento, y siempre te escuchará.
En tu viaje a través de la adolescencia, recuerda siempre que tienes un refugio en Dios. Él te protegerá y cuidará en cada paso que des. Confía en su amor y su fidelidad, y encontrarás seguridad en medio de las incertidumbres de la vida.
Oración: Querido Dios, gracias por ser mi refugio y protector. En medio de las tormentas de la vida te busco y confío en tu cuidado constante.