El renacimiento de una estrella – parte 4
“Si por actuar con rectitud han de sufrir, ¡dichosos ustedes! No tengan miedo a nadie, ni se asusten” (1 Ped. 3:14).
“Trajeron al hermano Stephenson, nuestro trabajador, y luego saquearon la iglesia, quemaron los libros, mapas, gráficos, etcétera. Buscaban al hermano Casey, nuestro principal hermano de raza negra en ese lugar, pero había escapado a tiempo, por lo que no lograron alcanzarlo.
“Luego fueron a la casa del hermano Olvin, lo capturaron y lo azotaron con un látigo de cuero. Creo que lo habrían matado si no hubiera sido por un hombre blanco muy amable que vio lo que ocurría y les ordenó que dejaran de azotarlo. No le obedecieron al principio, pero el hombre sacó su revólver y dijo que el siguiente hombre que golpeara al hermano Olvin se las vería con él, así que pararon.
“En esos días le dispararon a la esposa del hermano Olvin en una pierna, pero no la hirieron de gravedad. Llevaron al hermano Stephenson a la estación de tren más cercana y lo enviaron lejos del lugar. Publicaron un aviso en la iglesia prohibiéndome regresar, y prohibiendo que el Morning Star atracara entre Yazoo City y Vicksburg.
“Todos estos problemas surgieron debido a nuestros esfuerzos por ayudar a las personas de color. Les dimos ropa a los que la necesitaban y comida a los que tenían hambre. Les enseñamos algunas técnicas de agricultura y a sembrar diferentes semillas como maní y frijoles; pero con un alto precio, ya que muchas personas de raza blanca se ofendieron” (carta de James Edson White a Elena de White del 25 de mayo de 1899, citada en Ron Graybill, Historical Contexts of Ellen G. White’s Statements Concerning Race Relations, tesis inédita, Seminario Teológico Adventista, 1968, p. 50).
Pero para ese momento las escuelas e iglesias se multiplicaban, así que la obra no se detenía. Aunque persistían los prejuicios raciales, la Iglesia en el sur de los Estados Unidos se multiplicó entre personas de todos los orígenes, y muchos mejoraron su calidad de vida.
En 1900, Edson y su esposa se mudaron a Nashville, Tennessee, y se instalaron en una antigua granja de pollos. Allí establecieron lo que se convertiría luego en la Casa Editora Southern, la cual suministraría a la iglesia libros, revistas y otros productos innovadores durante los siguientes ochenta años.