A los arrepentidos, ¡perdón!
“Si yo tuviera malos pensamientos, el Señor no me habría escuchado” (Salmo 66:18).
Desafortunadamente, Beto no entendía lo que Dios espera de sus hijos. ¿Cómo puede Dios perdonar a alguien que no está verdaderamente arrepentido? ¿Cómo puede perdonar a alguien que ya está ideando volver a pecar?
El arrepentimiento, el perdón y la salvación se obtienen cuando hay un deseo real de que Dios nos las dé. No podemos pecar, orar por ello, y esperar que Dios arregle todo para que no suframos las consecuencias.
En lugar de proyectar una mentira una vez más, ¿qué debería hacer Beto?
Él necesita pedir ayuda para resistir la tentación de decir mentiras. Y también debe estar dispuesto a aceptar cualquier castigo que venga por las mentiras que ya ha dicho. Pedir perdón no nos hace escapar del castigo.
¿También has mentido, pero ya no quieres hacerlo? Recuerda el Salmo 51:17: “Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos!”
Si una persona persiste en pecar, a Dios no le gusta oírla orar, si no lo hace de corazón. Pero aquellos que están arrepentidos tienen acceso directo al trono de Dios, y él siempre estará listo para escuchar sus oraciones. Además, perdona los pecados y limpia a esa persona de toda maldad.
¿Te arrepientes de las cosas que has hecho? ¿De qué cosas? Díselas a Dios una por una. Él está dispuesto a perdonarte y a ayudarte a vencer tus pecados.
