Feliz otra vez
“Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría” (Salmo 30:5).
¿Sabes lo que es una plañidera? Es una profesional del llanto, llamada especialmente para velatorios. Algunas mujeres con la facilidad del llanto eran contratadas para intensificar el tono dramático de los funerales y mantener el ritmo de la tristeza. Esta profesión está desapareciendo hoy, pero era muy común en tiempos bíblicos.
Cuando entró en la ciudad de Naín, Jesús vio una escena triste: una viuda se dirigía a enterrar a su único hijo. Una multitud asistió al funeral del niño. Las plañideras lloraban, y la madre del niño sentía una profunda tristeza.
Jesús tuvo compasión de esa mujer. Esto hizo que él no solo mirara de lejos, sino también la siguiera. Tras acercarse, tocó el ataúd y ordenó al joven que se levantara. Entonces sucedió un milagro en la vida del jovencito: ¡resucitó! Y su madre, que antes estaba completamente desesperada, volvió a sonreír.
Quizá conozcas a alguien que esté triste por la separación de sus padres, por sus malas calificaciones o por una persona enferma en su familia. No importa la razón: haz como Jesús, ve al encuentro de esa persona. Alivia el dolor con palabras y acciones de consuelo.
Si estás sufriendo o te sientes “espiritualmente muerto”, debes saber que Jesús viene a tu encuentro. Él seca tus lágrimas y te hace feliz de nuevo.