Un regalo precioso
“Oh, hijo mío, dame tu corazón” (Proverbios 23:26, NTV).
¿Cuál es el regalo más caro que has dado o recibido? Los reyes, las reinas, los emperadores y las personas famosas suelen dar obsequios lujosos. Por ejemplo, el emperador Shah Jahan construyó el hermoso castillo Taj Mahal en honor a su esposa, Mumtaz Mahal. En su momento, este regalo costó alrededor de cincuenta millones de rupias indias, equivalente a quinientos millones de dólares en la actualidad. Qué regalito, ¿eh?
La Biblia cuenta la historia de un regalo precioso que Jesús recibió mientras asistía a una cena en casa de Simón. En ese entonces, la forma en que se sentaban a la mesa era muy diferente. La mesa era baja, pegada al suelo, y la gente comía recostada. Así que, la parte superior del cuerpo estaba cerca de la mesa y los pies daban hacia afuera.
Como estaban distraídos, los participantes del festín no se dieron cuenta de que una mujer había entrado en la sala con un paquete especial. La Biblia dice que ella estaba decidida: quería dar lo mejor de sí a Jesús. Por eso, fue al lugar donde él estaba.
Con mucha gratitud, derramó un valioso perfume sobre los pies del Señor. Luego secó los pies del Salvador con su cabello. Las personas solo se dieron cuenta de lo que estaba pasando cuando olieron el perfume, que costaba el equivalente a un año de trabajo para un trabajador promedio. Simón, el dueño de la casa, estaba muy enojado. Quería que Jesús alejara a esa mujer de él, pero Jesús no lo hizo; por el contrario, aceptó su gratitud y cambió su vida para siempre.
La actitud de María es un ejemplo para nosotros. También podemos entregar a Jesús lo mejor que tenemos. Lee de nuevo Proverbios 23:26. ¿Cuál es el regalo más precioso que le puedes dar a Jesús? Entonces, hazlo ahora mismo.