“Dichosos…”
“ ‘Dichosos de aquí en adelante los que mueren unidos al Señor. Sí –dice el Espíritu–, ellos descansarán de sus trabajos, pues sus obras los acompañan’ ” (Apocalipsis 14:13, DHH).
El 5 de diciembre, el mundo fue sacudido por la noticia del deceso de Rolihlahla Mandela, conocido en el escenario internacional como Nelson Mandela y en su país como Madiba (el nombre de su clan). Nos faltaría espacio para explayarnos aquí en su vida y su obra. Fue el principal opositor del Apartheid, el régimen racista que gobernó Sudáfrica desde 1948 hasta 1992. Por dicha oposición tuvo que pasar 27 años en la cárcel y haciendo trabajos forzados. En 1990 fue liberado, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1993 por evitar una guerra civil inminente, y en 1994 se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, posición desde la cual hizo de Sudáfrica un país ejemplar.
La vida de Mandela se caracterizó por promover el perdón. Logró unificar un país devastado por el racismo, abrazó a las mismas personas que lo habían encarcelado y enfocó toda su energía en lograr una verdadera reconciliación. Hoy el mundo lo recuerda como un héroe. El día de su muerte, los mandatarios de varios países emitieron discursos de condolencia y respeto; pero me llamó la atención la declaración hecha por Raúl Castro sobre este memorable personaje que recibió más de cincuenta doctorados honoris causa y varios reconocimientos mundiales. Castro dijo: “De Mandela nunca podremos hablar en pasado”. ¿Quiso decir que su legado a las generaciones futuras es tan importante como sus logros obtenidos en vida? Creo que sí.
Probablemente no estés interesado en una carrera política, en puestos administrativos ni en metas similares, pero de igual manera todos dejamos una marca en el mundo, todos dejamos un legado. En el libro de Apocalipsis la Biblia presenta que, aun después de la muerte, nuestras obras nos acompañan. Nuestra vida no se mide por la cantidad de años que vivimos sino por el impacto que esta provoca en las personas a nuestro alrededor. Hoy estás vivo, tienes la oportunidad de marcar la diferencia, de ser una luz en la oscuridad.
Hoy tus acciones pueden ser decisivas en las vidas de los que te rodean. Aunque las circunstancias puedan ser adversas, permite que la luz que Dios ha colocado en ti ilumine a otros. En palabras de Madiba: “La bondad de un hombre es una llama que se puede ocultar, pero no extinguir”.
Maravillosa lección. DIOS NOS BENDIGA
muy acertada sobre la vida de Mandela, entonces, me pregunto, ¿que estamos haciendo nosotros?
si nuestro mundo esta sumido en la desgracia humana, no nos damos cuenta lo que Jesucristo hizo por nosotros.