Jugar con ventaja
“Que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Ley, el culto y las promesas […] los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Romanos 9:4, 5).
Solemos utilizar la expresión “jugar” en muchos sentidos: “Jugar a dos puntas”, cuando no hay una opinión definida; “jugar con fuego”, cuando se encara algo serio de manera frívola, superficial o peligrosa; “jugar al gato y al ratón”, cuando dos personas intentan comunicarse de forma infructuosa; “jugar fuerte”, cuando apostamos todo a una meta; y “jugar con ventaja”, cuando tenemos condiciones, situaciones y ayudas extras (lícitas o ilícitas) que nos garantizan la victoria.
Saulo de Tarso parecía jugar con ventajas personales. El resumen de su CV decía que fue circuncidado al octavo día, era judío, de linaje especial, miembro exclusivo del partido farisaico, celoso por Dios, organizador de la persecución de los cristianos, devoto defensor de la Ley y de conducta irreprochable (Fil. 3:5, 6). No obstante, estas ventajas humanas no fueron ventajas, y quedaron en la oscuridad cuando la Luz lo rodeó camino a Damasco.
El 29 de diciembre de 2019 se realizaba la tradicional carrera urbana de Sao Silvestre, en San Pablo, Brasil. El keniano Kibiwott Kandie, de 23 años, se consagró ganador de esta 95a edición, una de las competencias de mayor tradición en el país y en el mundo. Jacob Kiplino, un debutante de 19 años oriundo de Uganda, que dominó de principio a fin, parecía imbatible, pero un sprint en el último suspiro dio al keniano Kandie, quien marchaba cómodo y lejos en la segunda posición, la victoria.
Fue en los metros finales cuando Kandie mostró que todavía tenía reservas y traspasó al ugandés en el último segundo. Kandie registró un tiempo de 42 minutos y 59 segundos, y se convirtió en el primer atleta que culmina la carrera de 15 kilómetros por debajo de los 43 minutos, mientras que quien llevaba todas las ventajas terminó ¡solo por un segundo! en segundo lugar.
Es tiempo de no jugar con fuego y jugar fuerte, sin dar vueltas, sin dormirnos ni distraernos por las ventajas y aprovechando toda oportunidad para crecer en fidelidad. Bien decía Víctor Hugo: “El futuro tiene muchos nombres: para los débiles, inalcanzable; para los temerosos, desconocido; y para los valientes, oportunidad”.