El Dios fiel
“El Señor es fiel, que los confirmará y guardará del mal” (2 Tesalonicenses 3:3).
Tener fe no es para cualquiera. La prueba de esto es que hay personas que nunca han creído, así como hay personas que, después de haber creído y haber sido miembros activos de una iglesia, abandonan porque, según ellos, encontraron un error doctrinal en lo que habían considerado el fundamento de su fe.
Es muy probable que hayas oído hablar de personas que deciden apartarse de la iglesia debido a que alguien les explicó que parte del mensaje que creían no es como se lo explicaron y que, por lo tanto, la iglesia ha caído en apostasía y la mejor idea es salir de ella para salvarse. Creo que episodios como estos los seguiremos viendo hasta que Cristo venga, porque el Espíritu Santo dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe (lee 1 Tim. 4:1). Pero en lugar de vivir pendientes de qué dijo este o aquel, podemos decidir poner nuestros ojos en Jesús, quien es el autor y el consumador de nuestra fe, y recordar que él es nuestra ancla segura. No hay seguridad fuera de él.
Que Dios es fiel significa que nunca nos va a engañar, que siempre va a cumplir sus promesas, que no va a decirnos una cosa por otra. Que Dios es fiel significa que él siempre se dirige a lo correcto y a lo verdadero, que él no varía, que no se retracta ni se acomoda a las circunstancias. No hay maneras de encontrarle defectos a lo que Dios nos ha revelado, y por eso nunca estaremos seguros si dejamos a Dios para escuchar a los seres humanos. Busca a Dios por ti mismo cada día a través de la lectura privada y concentrada de la Biblia. No hay otra manera de no dejarse llevar por todo viento de doctrina.
A todos los que lo busquen, Dios los afirmará en sus caminos (en los caminos de Dios, no en los propios o en los de otras personas). Es maravilloso saber que servimos a un Dios fiel y que, si somos pacientes, él se encargará de afirmarnos en todo lo bueno. Y al afirmarnos, Dios nos estará guardando del mal, a fin de que no alberguemos dudas acerca de él.
Busca tu seguridad y tus raíces en el Dios fiel, de cuyos brazos nada ni nadie te podrá arrancar. Él te afirmará en la verdadera fe y te guardará del mal.