Liberados de la cárcel
«Arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó» (Hechos 5: 18-19).
El alto y bien parecido pastor de las Islas Salomón, Kata Ragoso, había sido arrestado por la policía y castigado con una caña. Más tarde fue sentenciado a morir fusilado.
Kata Ragoso se hallaba frente a un pelotón de fusilamiento. El oficial dijo: «Contaré hasta tres; y cuando diga tres, hagan fuego». Comenzó a contar: «¡Uno! ¡Dos! ¡T…!», pero no puedo decir «tres». Intentó otra vez. Y luego dos veces más. No solo no pudo decir la palabra tres, sino que por un día entero no pudo hablar. Se había quedado mudo. Trató de hablar, pero sin conseguirlo. El pastor Ragoso fue llevado de vuelta a la prisión. Esta vez lo pusieron junto con otro pastor que estaba encarcelado, llamado Lundi.
Y como en los día de la iglesia primitiva, los creyentes de las Islas Salomón oraron por sus dos queridos dirigentes. La dramática respuesta a sus oraciones fue registrada por el pastor A. W. Spalding, en su libro Christ’t Last Legion [La última legion de Cristo].
«Cuando la luna emergió detrás de la montaña, un hombre, que tenía un manojo de llaves en la mano, se dirigió hacia la cárcel, introdujo la llave en el candado y abrió la puerta. Allí, de pie, a la luz de la luna, llamó en voz alta: “¡Ragoso! ¡Lundi!”. “¡Sí, señor!”, replicaron ellos. “¡Vengan conmigo!”. Ambos se acercaron a la puerta y el hombre los tomó del brazo, guiándolos fuera. Luego cerró la puerta y la aseguró con el candado. Los condujo por un sendero que llevaba a la playa. Al avistar el agua, el desconocido se detuvo y les dijo: “Sigan hasta la playa, donde encontrarán una canoa. Suban a bordo y regresen a sus hogares”». Habían sido liberados por un ángel.
Aunque enfrentes adversidades y persecuciones, Dios tiene el poder para liberarte. Así como el ángel abrió las puertas de la cárcel, también puede abrir caminos en tu vida. ¿Estás dispuesto a confiar en el poder liberador de Dios en medio de tus prisiones emocionales, espirituales o físicas? Aprende del ejemplo de perseverancia de Ragoso y Lundi, y ora fervientemente. Ora por tus dificultades y crecerás en tu relación con Dios.