Cómo enfrentar la depresión —Segunda parte—
«[Jesús] les dijo: “Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos conmigo”» (Mateo 26: 38).
Ayer vimos que la depresión y el suicidio son problemas que afectan a muchas personas en el mundo sin importar su edad, género, cultura o religión. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se suicidan cerca de 700,000 personas. La depresión es un trastorno mental común y se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión. Estas cifras son alarmantes y nos muestran que hay una gran necesidad de esperanza, consuelo y ayuda.
Abraham Lincoln es conocido por haber sufrido de depresión durante la mayor parte de su vida. Uno de sus mejores amigos era Joshua Speed, quien trabajaba en una tienda de productos secos en Springfield. Durante el tiempo que vivieron juntos, los dos se volvieron inseparables y compartieron historias, sentimientos, miedos, esperanzas y sueños. La amistad entre los dos resultó redentora para Lincoln, ayudándolo a superar dos episodios de depresión graves que amenazaron su relación con su futura esposa y sus ambiciones políticas.
La Biblia nos enseña que Dios nos creó para vivir en sociedad y tener amigos fieles que nos apoyen en los momentos difíciles. El libro de Proverbios dice: «El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como un hermano» (Proverbios 17: 17, RVC). Los amigos nos ayudan a crecer espiritualmente, a corregir nuestros errores, a animarnos y a consolarnos.
El mismo Jesús enfrentó una profunda tristeza en Getsemaní. Buscó el apoyo de sus discípulos y les pidió que oraran y velaran con él, pero ellos se durmieron y lo dejaron solo. Aun así, confió en Dios, diciendo: «Que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22: 42).
Busca el apoyo de tus amigos de la iglesia. Todos necesitamos alguien que nos escuche, nos comprenda, nos anime y que ore por nosotros. Pablo exhorta: «Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo» (Gálatas 6: 2). ¿Cómo puedes expresar tu gratitud a aquellos amigos que te acompañan en momentos de angustia y tristeza? Hoy es un buen día para decir «gracias» por estar ahí. Mañana consideraremos otros consejos bíblicos para superar la depresión.