El secreto del éxito de William Colgate
«Acuérdate del Señor tu Dios. Él es quien te da las fuerzas para obtener riquezas» (Deuteronomio 8: 18, NTV).
¿Conoces la fascinante historia de William Colgate, el fundador de la empresa Colgate-Palmolive? William nació en Inglaterra en 1783, en una familia humilde y campesina. A la edad de dieciséis años, emigró a Nueva York en busca de nuevas oportunidades. Durante su viaje en barco, le confió al capitán su plan de establecer una fábrica de jabón en la ciudad de Nueva York.
El capitán le brindó un consejo invaluable: «Pronto habrá un fabricante líder de jabón en Nueva York. Tú podrías ser esa persona. Sin embargo, nunca olvides que Dios te ha dado la habilidad de hacer jabón. Honra ese regalo compartiendo tus ganancias. Comienza por diezmar todo lo que recibas».
William se dedicó a aprender el oficio de fabricación de jabón y en 1806 fundó su propia empresa. Reconociendo que todo lo que poseía era un don de Dios, William comenzó a diezmar. Su negocio floreció rápidamente, convirtiéndose en uno de los más prominentes del país. Sin embargo, William nunca olvidó su promesa, siempre apartó el diezmo para Dios y brindó ayuda a los necesitados. De hecho, su generosidad superó con creces el diezmo inicial. Comenzó devolviendo al Señor una décima parte de sus ingresos, luego dos décimas, tres décimas y finalmente hasta la mitad de todo lo que ganaba. Su fe y su generosidad se ganaron el reconocimiento de todos, y su nombre quedó grabado en la historia como un ejemplo destacado de empresario cristiano.
La historia de William Colgate es una inspiración para todos los jóvenes cristianos que quieren emprender un negocio con principios bíblicos. William demostró que se puede ser exitoso y fiel a Dios al mismo tiempo, y que la generosidad es una virtud que trae bendiciones.
Y tú, ¿qué tipo de joven quieres ser? ¿Uno que honra a Dios con sus finanzas, o uno que se deja seducir por el dinero? Jesús dijo: «Nadie puede servir a dos amos […]. No se puede servir a Dios y a las riquezas» (Mateo 6: 24).
¿Te gustaría seguir el ejemplo de William Colgate y honrar a Dios con sus finanzas? Sé fie a Dios en la devolución de los diezmos y ofrendas y practica la generosidad, pues «Dios ama al que da con alegría» (2 Corintios 9: 7).