La montaña rusa
«Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar» (Mateo 11: 28).
La imponente montaña rusa se erguía majestuosamente a varios kilómetros de distancia antes de llegar al parque de diversiones. Las intrincadas estructuras de acero se alzaban, subiendo y bajando, girando y retorciéndose en curvas cerradas, evocando en mí la sensación de ser una secuencia de ingeniosas trampas diseñadas para lanzar al vacío los carros y a sus intrépidos pasajeros en el momento menos previsible. Aquel panorama me llenaba de terror.
Hasta el día de hoy, no sé cómo fue que mi amiga me convenció de que debía subir a esa odiosa estructura, y para colmo, ¡en el último carro, el que más se sacude! Lo que no puedo olvidar es el terror que hacía que mi estómago se disolviera. Aunque me sentí algo más tranquilo mientras ascendíamos lentamente a lo alto, la paranoia volvió a apoderarse de mí cuando nos precipitamos a gran velocidad hacia el abismo distante.
Cuando los carros finalmente se detuvieron, el asistente y mi amiga tuvieron dificultades para soltar mis manos de la barra y ayudarme a salir del carro. Casi me desmayo cuando mi amiga, rebosante de entusiasmo, exclamó: «¡Volvamos a subir, pero esta vez sin sujetarnos de nada! ¡Ni siquiera tocaremos la barra!». Incapaz de articular palabra alguna, la observé detenidamente, buscando cualquier indicio adicional de su incompetencia mental.
¿No te parece que la vida a veces se parece a una montaña rusa emocional? Un día estás arriba, eufórico y al día siguiente estás abajo, deprimido. Te sientes feliz cuando todo va bien, pero te angustias cuando las cosas se complican. ¿Cómo puedes mantener la paz y la alegría en medio de las altas y bajas de la existencia? La Biblia nos da un consejo muy valioso: debemos fijar «nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona» (Hebreos 12: 2). Él nos asegura que todo lo que nos pasa es para nuestro bien (ver Romanos 8: 28). Por eso podemos entregarle todas nuestras cargas (ver Mateo 11: 28-30).
¿Qué aspectos de tu vida te hacen sentir como si estuvieras en una montaña rusa emocional? ¿Cómo puedes confiar más en Jesús y en su plan para ti cuando te enfrentas a las subidas y bajadas de la vida?