Matutina para Jóvenes | Martes 24 de junio de 2025 | ¿El poder de la música?

Matutina para Jóvenes | Martes 24 de junio de 2025 | ¿El poder de la música?

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Matutina para Jóvenes

«Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones» (Efe. 5:19)

En el siglo XVIII, Andrew Fletcher dijo: «Déjame hacer las canciones de una nación, y no me importa quién haga sus leyes». Esta declaración encapsula todo el poder que le atribuimos a la música. ¿Pero de verdad la música puede moldear nuestra conducta?

Me temo que muchos le asignamos a la música un poder cuasi mágico que en realidad no posee. Considera el relato de David tocando para el rey Saúl: «Cuando el espíritu maligno de parte de Dios atacaba a Saúl, David tomaba el arpa y se ponía a tocar. Con eso Saúl recobraba el ánimo y se sentía mejor, y el espíritu maligno se apartaba de él» (1 Sam. 16:23).

Durante muchos años creí que la música «buena» que David tocaba en el arpa era tan «poderosa» que incluso podía ahuyentar los espíritus malignos. Pero en 1 Samuel 19:9-10, el primer rey de Israel intentó matar a David ¡mientras este tocaba!

¿Por qué hubo momentos en los que la música de David resultó beneficiosa mientras que en otros no tuvo ningún efecto? Simplemente, Saúl a veces se dejaba guiar por el Señor y otras veces no. La música que estuviera sonando en ese momento tenía poca importancia. «Al contrario de lo que popularmente se cree, la música no transmite por sí misma, en su vocabulario (escalas, acordes, instrumentos, estilos, etc.), ningún significado concreto […]. La experiencia musical per se no puede inducir en nosotros ciertas acciones o conductas. El efecto de la música depende de hasta qué punto estemos dispuestos a involucrar nuestra personalidad en la experiencia auditiva» (Lilianne Doukhan, En sintonía con Dios [IADPA, 2016], pp. 58, 59). La música no puede cambiar nuestra conducta, ni para bien ni para mal. Recuerda que los nazis escuchaban música clásica.

Atribuir nuestra mala conducta a la música es evadir nuestra responsabilidad moral. Jesús enseñó que «nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro […]. Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos […] la falta de juicio» (Mar. 7:15, 21, 22). Considero que es el momento adecuado para examinar profundamente nuestro ser y así descubrir y eliminar esos males ocultos que tendemos a atribuir a la música.

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