Agenda disponible
Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado. Juan 7:6.
Vivimos en la tiranía del tiempo. No hay horas suficientes en el día como para realizar todo lo que tenemos programado. Los horarios de la escuela y del trabajo, los horarios de las actividades extracurriculares, los horarios de comidas, los horarios comerciales y eclesiásticos. ¿Qué nos pasa? Vivimos atados a un pequeño dictador al que le gusta residir en nuestra muñeca izquierda. Además, con la incorporación de la tecnología, nuestro teléfono móvil nos envía notificaciones cada dos por tres; una voz del despertador nos recuerda que ya está bien de dormir; y los aparatos domotizados empiezan a funcionar, sin considerar nuestro estado de ánimo, porque estaban programados para esa hora. El conejito blanco de Alicia en el país de la maravillas era un ser tranquilo a nuestro lado.
Entre todo este frenesí, tenemos tendencia a realizar lo urgente en lugar de lo importante. Por eso, cada vez más, se habla de momentos de calidad con la familia. Saber apartar tiempo para aquellos que queremos. Y veo que esta es una lucha que, gracias a Dios, algunas personas están venciendo. Lo mismo sucede con la vida espiritual. Muchas personas dejan para el final del día su momento de encuentro con el Señor. Pero al final de ese día ya no son personas, porque el tiempo las ha explotado. Se rinden de sueño y tal encuentro no se realiza. Lo peor es que las inunda la culpa, tienen más ansiedad y el tiempo las aflige más. ¿Cómo liberarnos de esta esclavitud? Les propongo una rebelión siguiendo el mensaje de Jesús.
En Juan 7:6 Cristo indica a sus discípulos que no era el momento oportuno para ir a una fiesta, pero que ellos tenían la agenda libre. El calendario de Jesús estaba marcado de momentos oportunos (acuérdate de la profecía de Daniel) y relacionados con nuestra salvación. Había planificado con su Padre de forma meticulosa nuestra redención y cumplió meticulosamente sus tiempos. Nosotros, sin embargo, tenemos la agenda abierta porque todo momento es bueno para realizar el único evento que merece la pena: encontrarnos con Dios. Ese es el secreto de nuestra libertad con relación al tiempo.
Satanás sabe que no necesitas un espacio, ni un rito ni ninguna condición social para encontrarte con Dios, porque nos ha dado todo el tiempo. ¿Qué hace? Nos lo llena de actividades secundarias para que no tengamos esa oportunidad.
Decidamos romper esa tiranía, y en cualquier momento disfrutemos con ese encuentro. Al principio será puntual, pero luego se convertirá en constante. Entonces viviremos comprendiendo el momento oportuno de cada cosa.