Matutina para Jóvenes | Sábado 10 de Agosto de 2024 | Las apariencias engañan

Matutina para Jóvenes | Sábado 10 de Agosto de 2024 | Las apariencias engañan

Las apariencias engañan

«Pero el Señor le dijo: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”» (1 Samuel 16: 7).

Cada persona joven o adulta tiene un mundo de posibilidades, incluso las que parecen menos prometedoras. Un hombre andrajoso, con el cuerpo y el espíritu destrozados y atormentado por el delirio, se dirigía hacia el río con la intención de acabar con su vida. Había arruinado su existencia hasta tal punto que no veía otra salida. Sin embargo, de repente, sintió una mano en su hombro y escuchó unas palabras bondadosas que lo invitaron a la iglesia y luego a firmar el voto de temperancia. Finalmente, lo firmó y comenzó una tremenda batalla contra su apetito, que lo mantuvo encerrado durante cinco días y seis noches en una miserable buhardilla. A pesar de su debilidad, logró salir victorioso y, cuando regresó a trabajar, su patrón se rio de él. Pero, de nuevo, algunas expresiones bondadosas de confianza lo salvaron de la desesperación. Así comenzó una maravillosa vida de servicio para este hombre, que se convirtió en el gran conferencista sobre temas de temperancia John B. Gough, cuya vida bendijo a muchos.

La historia de John B. Gough nos muestra que no debemos juzgar a nadie por su aspecto o por su situación, pues Dios no mira las apariencias, sino el corazón. Por eso no debemos juzgar por las apariencias, sino con justicia (Juan 7: 24). Dios es capaz de hacer maravillas en la vida de las personas, incluso de las que parecen menos prometedoras, si se acercan a él con fe y arrepentimiento.

Por tanto, debemos aprender a ver a los demás con los ojos de Dios, y no con los nuestros. Ser compasivos y bondadosos con los que sufren o están en necesidad, y reconocer con humildad que todo lo que tenemos es por la gracia de Dios, y no por nuestros propios méritos.

¿Cuáles son los prejuicios que te alejan de aquellos que están en una situación difícil o desesperada? ¿Cómo puedes cambiar de actitud para ser más bondadoso y comprensivo? Ora a Dios para que te ayude a ver a los demás con los ojos de Jesús.

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