Matutina para Jóvenes | Sábado 13 de Mayo de 2023 | Religión en vivo

Religión en vivo

Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:31.

La primera vez que vi un águila no me resultó muy atrayente. Fue en la casa de un extraño señor que se dedicaba a la taxidermia. Allí se encontraba el ejemplar disecado, en una habitación a media luz y con unos ojos de cristal que no atraían para nada. Después fue en la televisión, en los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente. Las imágenes de un águila atrapando a una cabra montesa aún me impresionan y entristecen. Más tarde, en un desaliñado zoo de Córdoba, vi una pareja enjaulada; no me parecieron nada majestuosas, muy al contrario. Pero un día todo cambió. Estaba en el parque natural de Cazorla cuando, en vivo y en directo, contemplé a un ejemplar majestuoso. Se dejaba llevar por las corrientes de aire caliente y se elevaba en círculos. Desplegaba sus alas con el espléndido vigor de la naturaleza. Ahí entendí el texto de Isaías.

Se puede comprender la religión como el recuerdo de lo que creyeron nuestros abuelos o creen nuestros padres, pero ese concepto es mera taxidermia. Tomamos la experiencia de los demás y pensamos que es suficiente. Pero es una religión sin vida, no tiene más brillo que el de una bolita de vidrio. También se puede concebir la religión como algo virtual, algo que se ve de lejos, sentados en nuestra zona de confort. Los demás nos cuentan las maravillosas aventuras de los misioneros o los testigos de la fe, y nosotros enjuiciamos si nos gusta o no el documental. Es una religión de ficción, porque solo conocemos el guion y hemos escuchado el relato, pero nunca fue vivencia. Y podemos pensar que la religión “enjaulada” es religión, pero no lo es. Una existencia espiritual no puede darse solo cumpliendo normas o compromisos sociales. Se puede ir toda la vida a la iglesia y nunca haberse encontrado con Cristo.

No hay nada como la religión en vivo y en directo. La gracia de Dios se despliega con tanta majestad, que sentimos que nos remontamos a espacios mucho más elevados. Jesús es como esa corriente térmica, que apenas extendiendo el alma nos alza hasta parajes inesperados, a visiones panorámicas de la existencia. La religión en vivo es vida, el vigor del Espíritu.

Dios nos ha prometido que, si lo deseamos, podemos tener esa vivencia. Déjate de experiencias disecadas, de experiencias virtuales, de experiencias enjauladas, y vive. Vive con Jesús.

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