El etíope que siguió el ejemplo de Felipe
«Entonces mandó parar el carro; y los dos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó» (Hechos 8: 38).
A principios de este siglo, un hombre llamado Zacarías, originario de Etiopía, se encontraba de viaje cuando recibió la visita de tres hombres en un lugar llamado Asmara. Uno de ellos le solicitó que enseñara a su pueblo acerca de Jesús y los profetas. Después de la partida de los visitantes, Zacarías se sintió intimidado, por lo que al día siguiente decidió cargar sus mulas y continuar su viaje. Durante la noche, tuvo un sueño en el que los mismos tres hombres con los que se había encontrado en Asmara le dijeron: «¿Estás huyendo? ¡Detente! Regresa y comparte el mensaje que debes transmitir». Zacarías obedeció esta vez y algunos de los que escucharon su mensaje fueron bautizados.
El emperador del país anunció de manera pública que Zacarías tenía plena libertad para expresarse y, como muestra de su apoyo, le asignó una guardia personal compuesta por cien hombres. Me contó esta historia un hombre cuyo padre había servido como uno de los guardaespaldas de Zacarías. La narración se encuentra documentada en un antiguo manuscrito.
Algunos de los opositores de Zacarías le preguntaron cómo debía practicarse el bautismo. En respuesta, él contestó que su responsabilidad era enseñar ciertas verdades fundamentales, pero que en el futuro habría personas provenientes de Etiopía, quienes hablarían otro idioma y tendrían una apariencia diferente, pero compartirían el mismo mensaje en tres idiomas distintos. Zacarías mismo fue bautizado por inmersión y, poco tiempo después, falleció.
Uno de los seguidores de Zacarías hizo un descubrimiento mientras leía la Biblia: encontró que el bautismo debía ser realizado por inmersión y que debía guardar el sábado. Mientras se sumergía en la lectura de las Escrituras, un hombre se le acercó y le informó que podría encontrar un grupo de personas en Asmara que compartían las mismas creencias que él.
El sábado siguiente el hombre lo llevó a la iglesia. Tres hombres blancos aparecieron en la plataforma. El primero hablaba en inglés, el segundo traducía al sueco, y el tercero traducía al dialecto local. Esto sucedió en 1907.
El Espíritu Santo, quien había inspirado a Felipe para que bautizara al etíope, también condujo a Zacarías y a sus seguidores para que aprendiera más del mensaje adventista. Y tú, ¿qué oportunidades tienes para compartir tu fe con personas de otras culturas o idioma