Matutina para Jóvenes | Viernes 03 de Enero de 2025 | Mi iPhone, Dios y yo

Matutina para Jóvenes | Viernes 03 de Enero de 2025 | Mi iPhone, Dios y yo

Mi iPhone, Dios y yo

“Tengo sed de Dios, del Dios de la vida” (Sal. 42:2)

Todavía puedo recordar la emoción que experimenté al sostener mi primer iPhone. En un principio, era simplemente un teléfono, pero con el paso del tiempo se ganó un lugar especial en mi corazón y desde entonces me considero parte de la familia Apple. Ahora bien, debo confesar que lo que empezó como una experiencia emocionante ahora se ha vuelto agridulce. Cada vez que adquiero un nuevo iPhone, quedo fascinado con las nuevas características: mayor velocidad, Toucli ID, Face ID, tres cámaras (siempre quise tener tres cámaras a la vez), entre otras. Sin embargo, esa emoción solo perdura hasta que se presenta al público el próximo modelo.

Cada vez que Apple lanza al mercado un nuevo iPhone, observo cómo la gente disfruta felizmente con sus nuevos dispositivos. Luego, miro mi modelo “antiguo” y me siento insatisfecho, lo que me lleva a trazar un plan de ahorros para adquirir el teléfono más reciente. Cuando finalmente lo consigo, me digo a mí mismo: “¡Este sí que me hará feliz!”; no obstante, unos días después, la emoción se desvanece y se inicia un nuevo ciclo.

¿Has notado cómo a menudo buscamos la felicidad en objetos que no nos satisfacen? En mi caso, se trató de un teléfono; otros la buscan en el dinero, en el sexo ilícito o en una vida llena de likes. Son como cajas vacías que al principio nos brindan satisfacción al abrirlas, pero cuyo efecto se desvanece en cuestión de instantes. Blaise Pascal tenía razón al escribir: “En el corazón de toda persona existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Solo puede ser llenado por Dios”.

La experiencia de David nos ayuda a comprender lo que estamos diciendo. David empezó como un simple pastor de ovejas, luego se convirtió en héroe nacional al derrotar a Goliat (i Sam. 17), en yerno del rey (1 Sam. 18:27), en oficial de la corte y, después de un tiempo, se convirtió en rey de Israel (2 Sam. 5). Sin embargo, al escribir el Salmo 42, aquel que aparentemente lo tenía todo declaró que en su alma había una sed tan intensa que nada ni nadie podía satisfacerla. El vacío existencial de David era tan grande que solo Dios podía llenarlo.

No sé con qué estás intentando llenar tus vacíos, pero hoy es un buen día para reconocer que el vacío del corazón no tiene forma de iPhone, tiene forma de Dios.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Naidys

    Las imágenes que le colocan a páginas actualmente no son atractivas y por eso ya no las abren en el grupo donde las público las imágenes que les colocaban sin eran más atractivas para el público

    1. Hola Naidys! Tuvimos problemas con algunas imágenes y la autoría de las mismas. Para evitar más inconvenientes decidimos no utilizar más imágenes.

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