Matutina para Jóvenes | Viernes 08 de Marzo de 2024 | Un ejemplo de superación

Matutina para Jóvenes | Viernes 08 de Marzo de 2024 | Un ejemplo de superación

Un ejemplo de superación

«Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas!» (Proverbios 31: 10).

Hoy es el Día Internacional de la Mujer y me gustaría que consideraras conmigo la vida de una mujer que es un ejemplo a seguir para cada joven y señorita.

Si hay una persona que reunía todas las condiciones para rendirse y pasar desapercibida en la vida esa era Helen Keller. Cuando solo tenía diecinueve meses sufrió una terrible enfermedad, que puso en peligro su vida. Los altos niveles de fiebre preocupaban mucho a los médicos que la atendían. No obstante, contra todo pronóstico, Helen logró recuperarse. Sus padres —Kate y Arthur— pensaron que todo volvería ala normalidad, hasta que su madre se dio cuenta de que la pequeña Helen había perdido la vista y el oído.

Los años siguientes fueron muy difíciles. Helen era incapaz de comunicarse con sus familiares o de comprender lo que sucedía a su alrededor. Por esta razón, se convirtió en una niña irritable y demandante. En aquella época los sistemas de enseñanza para sordociegos no estaban muy desarrollados, así que había pocas esperanzas de que Helen tuviera una educación formal. Sin embargo, sus padres no se dieron por vencidos.

La familia Keller se puso en contacto con el Instituto Perkins, donde consiguieron que una profesora, la joven Anna Sullivan, se mudara con ellos y educara a Helen desde casa. A partí de ese momento, Anna sería la maestra y compañera de vida de Helen. Con Anna, Helen aprendió a leer, a hablar, asistió a la universidad, llegó a ser una oradora internacional y una figura que inspiró a millones de personas a superarse.

La historia de Helen muestra a una mujer dispuesta a desarrollar todo su potencial, pero también debemos reconocer la actitud de los padres y la dedicación de la profesora, que pusieron todo su empeño en su educación. Tú y yo, al igual que Helen, estamos en deuda con otros por el tiempo que han dedicado a instruirnos y ayudarnos a ser mejores personas. Posiblemente una de esas personas en tu vida sea tu madre, tu padre o quienquiera que haya asumido su papel en tu formación. Hoy es un buen día para decirles: «Gracias por ayudarme a ser lo que soy».

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