Matutina para Menores 11 de Febrero de 2021

¿Dónde se encontraba el estanque de Betesda?

“Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos” (Juan 5:2, RV95).

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  1. En Cesarea.
  2. En Jerusalén.
  3. En Nazaret.

¿Conoces a alguna persona que tiene un problema que le impide caminar? 

¿Alguien con alguna enfermedad que le impide ir a la escuela o a trabajar?

En la época de Jesús había muchas personas enfermas. Algunos no podían caminar, otros eran ciegos, otros paralíticos… Todos ellos deseaban recuperar la salud que habían perdido. Por eso, acudían a cualquier lugar donde hubiera una posibilidad de curarse.

En la ciudad de Jerusalén, uno de esos lugares era el estanque de Betesda. Según decía la gente, en aquel estanque ocurría algo muy interesante: un ángel hacía que el agua se moviera y el primer enfermo que entraba al agua se curaba. La Biblia no dice que eso fuera cierto, pero la gente creía que sí era cierto. Allí se encontraba un hombre que hacía treinta y ocho años que no podía levantarse, pararse ni caminar. Y Jesús le preguntó: “¿Quieres ser sano?” (puedes leerlo en Juan 5). 

¿Qué hubieras contestado tú? Sabiendo que era Jesús, seguro que habrías dicho que sí. Pero este enfermo no sabía con quién estaba hablando. Jesús no solo podía curar su cojera, sino también su falta de esperanza, su fe en Dios y sus ganas de vivir.

Jesús quería que ese hombre confiara en él, por eso le dijo: “Levántate, alza tu camilla y anda”. Él obedeció y en ese mismo momento se sanó.

Hoy también hay gente que busca soluciones para curar sus enfermedades o sus problemas y acuden a lugares o personas que no les pueden ayudar.

Si alguna vez tienes una enfermedad o un problema, recuerda que Jesús es el único que puede ayudarte. 

Haz un dibujo del estanque de Betesda en tu Diario de Oración, y pídele a Jesús que te ayude a confiar en él cada día.

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