Esdras
“Esdras tenía el firme propósito de estudiar y de poner en práctica la ley del Señor, y de enseñar a los israelitas sus leyes y decretos” (Esdras 7:10).
Esdras, un sacerdote y escriba judío, pero nacido en Babilonia, se unió al grupo de personas que estaban en Jerusalén. Él dirigió a un segundo grupo de personas que salió de Babilonia rumbo a Jerusalén. Su decisión era apoyar económica y espiritualmente a las personas.
Así que en el año 458 a.C., a Esdras y a su grupo se les autorizó emprender el recorrido de cuatro meses. En todo momento, Esdras reconoció que era la mano del Señor la que guiaba sus planes. Artajerjes, rey de Persia en aquella época, le concedió a Esdras plata, oro, dinero para comprar animales para los sacrificios, algunos utensilios que eran parte del templo, trigo, vino, aceite y sal; y, por si esto fuera poco, el rey aseguró que todos los que estaban involucrados en los servicios del templo no tendrían que pagar impuestos (vers. 24). Una vez más, Esdras afirmó que “la mano bondadosa de nuestro Dios estaba sobre nosotros” (8:18, RVR 95).
El propósito de Esdras era que la gente conociera más de la Palabra de Dios, para lograrlo, él mismo tenía que estudiarla. Así, en un solo versículo nos da la clave para permanecer fieles y activos en el camino del Señor: estudiar, poner en práctica, y enseñar.
Esdras dejó de lado su cómoda vida para ir a enseñar la Palabra de Dios a los israelitas. Y Dios lo bendijo mucho por estar dispuesto a servirlo. Es un noble propósito dedicar la vida a servir a Dios, guiando a otros a tomar la decisión de entregar su vida a Jesús.
¿Te gustaría seguir el ejemplo de Esdras? ¿Qué esperas para estudiar más la Biblia, ponerla en práctica y enseñarles a otros lo que aprendiste en ella?
