Más valioso que el oro y las joyas
“Vale más quien habla con sabiduría, que todo el oro y las joyas del mundo” (Proverbios 20:15).
Un maestro preguntó: “¿Qué es lo que tiene mayor capacidad de adaptación y supervivencia en la Tierra?”. Entonces continuó: “¿Una bacteria, un virus, una lombriz en los intestinos, o una idea?”. La respuesta correcta fue “una idea”. Cuando un mensaje es transmitido adecuada y repetidamente a una mente joven, es casi imposible borrarlo.
Jesús es el vocero oficial de Dios. Es la perfecta revelación de nuestro Padre celestial. Durante su ministerio terrenal utilizó sabiamente sus palabras: siempre dijo la verdad, la fuerza de sus mensajes llenó de perdón, amor y esperanza a todos sus oyentes. Al leproso indeciso que se le acercó y declaró: “Si quieres, puedes limpiarme”, Jesús le contestó: “Quiero” (Mar. 1:40, 41). A la mujer a punto de ser apedreada, le aseguró: “Ni yo te condeno” (Juan 8:11). A la misma mujer, criticada cuando derramó el perfume en los pies de Jesús, dijo, para que todos oyeran: “Déjala” (Juan 12:7). A Jairo, después de que sus sirvientes le avisaron que su hija había muerto y era inoportuno molestar a Jesús, le dijo: “No tengas miedo; cree solamente” (Mar. 5:35, 36). Las palabras de Jesús también transmitían vida (Juan 6:63). El proverbista declara: “La lengua amable es un árbol de vida” (15:4). Jesús demostró esta gran verdad mejor que nadie.
El versículo de hoy dice que quien habla sabiamente vale más que el oro y las joyas, así de valioso es Jesús. Él es la perla de gran precio, y desea que sigas su ejemplo, utilizando de manera sabia el don de la voz que Dios te dio.
Puedes estar seguro de que, si le pides sabiduría hoy, él te la concederá.