Medusas descerebradas
“Vi al Cordero, que estaba de pie sobre el monte Sion. Con él había ciento cuarenta y cuatro mil personas que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre” Apocalipsis 14:1.
¿Alguna vez te metiste en problemas por llamar a tu hermano o hermana, o a un amigo de mala manera? No me gustaría dar muchos ejemplos de lo que podría ofender a otro; pero, a veces, los niños se llaman “descerebrados”. Especialmente si uno hizo algo que era tonto.
¿Pero sabes qué? Puedes llamar “descerebrada” a una medusa y no te meterás en ningún lío; de hecho, estarías en lo cierto. Las medusas no solo no tienen cerebro, sino que tampoco tienen corazón, sangre ni branquias. En realidad, tienen muy poco, ya que están formadas en un 95 % por agua.
Las medusas pueden desplazarse gracias a unos músculos especiales que introducen agua en la campana, o cuerpo, y luego la vuelven a expulsar. Funciona como una moto acuática. También pueden ser arrastradas por el viento, las olas y las corrientes; no tienen que esforzarse para desplazarse.
Las medusas son probablemente más conocidas y temidas por su picadura, pero la mayoría son inofensivas para las personas. De hecho, se están investigando algunas de las sustancias químicas que producen para proporcionar algún día tratamientos contra el cáncer y las enfermedades cardíacas.
Hablando de nombres, ¿tienes algún apodo? Además de los nombres que te puedan poner tus hermanos o amigos, tus padres eligieron cuidadosamente un nombre especial para ti. Pero todos esperamos que un día nos conozcan por el nombre de Jesús. La Biblia nos dice que un día compareceremos ante Jesús en el Cielo. Él nos reconocerá porque llevaremos su nombre escrito en la frente y en el corazón.
Joelle