Miércoles 05 de Enero de 2022 | Matutina para Menores | La Niña Salvaje

La Niña Salvaje

Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto ha vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.

Lucas 15: 24

¿Has visto la película “El libro de la selva”? Hoy te contaré una historia real de una niña criada sola en la selva. Ella se llama Rochom P’ngieng y es conocida como “la niña salvaje”.

Esta niña nació en Cambodia, y a los siete años se perdió en un bosque mientras cuidaba búfalos con un primo. Por más que trataron de encontrarla no apareció hasta veinte años más tarde. Cierto día, ella estaba comiendo arroz de una granja, y la tomaron como ladrona.

Al llevarla a la policía, coincidentemente el policía que la reconoció era su padre. “Cuando la vi, estaba desnuda y caminando doblada hacia adelante como un mono. Era piel y huesos”, dijo su padre. “Estaba temblando y recogiendo granos de arroz del suelo para comer». Tenía el pelo hasta los tobillos, estaba muy sucia.

La llevaron a casa y celebraron su retorno. Pero extrañamente ella no se adaptaba, no estaba feliz. Su madre trataba de alimentarla con cuchara, y ella se negaba a recibir la comida; solo comía con las manos. La vestían y se negaba a usar la ropa.

No recordaba cómo se hablaba, solo emitía gruñidos. Prefería caminar en cuclillas en lugar de erguida. Tenían que vigilarla porque constantemente intentaba huir de la casa. Rochom tuvo que aprender poco a poco a comer bien, a tener modales y vestir adecuadamente. Ella necesitó mucho amor y paciencia de sus padres y familia.

¿Sabes? Así como esta niña, muchas personas se pierden al alejarse de Jesús. Dejan de orar, de cantar a Jesús, de leer su Biblia e ir a la iglesia, y así van olvidando cómo vestirse, comer bien, caminar derechos. Esto trae mucha tristeza al corazón de Dios, quien es un Padre tan bueno y amoroso. Pero él no se cansa de buscar a sus hijos hasta que finalmente los encuentra; y cuando lo hace, nuevamente les enseña con amor y paciencia a caminar correctamente.

Probablemente te has perdido alguna vez, ¡qué miedo! Es feo sentirse solo y asustado. Para que nunca te alejes de Jesús y te pierdas en este mundo tan peligroso, camina cada día a su lado. Lee tu Biblia cada día, no dejes de ir a la iglesia. Ora de rodillas y durante el día ora en tu mente a cada momento. Cuéntale todo a Jesús y así jamás te perderás.

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