Matutina para Menores | Miércoles 12 de Julio de 2023 | Otra vez, Dios los libró

Matutina para Menores | Miércoles 12 de Julio de 2023 | Otra vez, Dios los libró

Otra vez, Dios los libró

“Todos los que estaban en el campamento y fuera de él se llenaron de miedo. Los soldados del destacamento y los grupos de guerrilleros también tuvieron miedo. Al mismo tiempo hubo un temblor de tierra, y se produjo un pánico enorme” (1 Samuel 14:15).

Dios libró a Israel de los filisteos gracias a la valentía de Jonatán, y a pesar de la insensatez de Saúl. El rey se conformó con ver de lejos cómo su hijo vencía en batalla. En realidad, una vez más fue Dios quien intervino creando pánico y produciendo un temblor. El Señor premió la fe de Jonatán que, con mucha seguridad, le dijo a su ayudante: “Ya que para él no es difícil darnos la victoria con mucha gente o con poca” (vers. 6).

Mientras tanto, Saúl cometió errores que revelaron su desconfianza en Dios y sus supersticiones. Saúl tuvo en poco el ministerio del profeta Samuel y lo usurpó en una tarea que solo el profeta podía hacer. El rey se desesperó porque Samuel no llegaba y decidió sacrificar animales en holocausto a Dios (13:8, 9, 13). Más adelante y ante el desafío de la batalla, a Saúl le pareció buena idea traer el arca del pacto, como un amuleto, para vencer. Aunque su plan no se concretó, Saúl demostró su irreverencia (14:18). Por último, Saúl tuvo la más inoportuna de las ideas al declarar un día de ayuno. Fue una idea inadecuada porque su ejército debía estar fortalecido para la batalla. Para colmo, ordenó que quien comiera estaría bajo maldición y lo matarían.

Jonatán, quien demostró fe y valentía, y que no conocía la orden de su padre de no comer, comió miel. Saúl demostró su “locura”, pues a pesar de ser su hijo, estaba listo para matarlo (vers. 39). Gracias a la protección de Dios y la intervención del pueblo, Saúl cambió de parecer (vers. 45).

Cuando un líder deja de depender de Dios, tomará las decisiones más absurdas. El héroe de este relato es Jonatán. A partir de aquí, la Biblia ya no dice nada positivo sobre Saúl. Su comienzo prometedor como rey se limita tan solo a un par de capítulos.

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