Un sermón de gansos
“Hoy les ha nacido en el pueblo de David un Salvador, que es el Mesías, el Señor” Lucas 2:11.
Había una vez un hombre que no creía que Jesús hubiera venido a la Tierra como un bebé. De hecho, no creía en Jesús.
“No tiene sentido. ¿Por qué iba Jesús a rebajarse y convertirse en un ser humano como nosotros? Es una historia ridícula”, decía a su mujer y a sus hijos, que iban regularmente a la iglesia.
Un día que estaba nevando, después de que su familia se fuera a la iglesia, los vientos empeoraron y la nieve se convirtió en una tormenta cegadora, así que se sentó a descansar delante del fuego.
Mientras descansaba, oyó un fuerte golpe. Parecía que algo había golpeado la ventana. Se quedó en silencio y entonces oyó otro golpe. Se asomó por la puerta y vio que una bandada de gansos había aterrizado cerca de su casa. Volaban hacia el sur para pasar el invierno, pero les había sorprendido la tormenta de nieve y se habían quedado atrapados sin comida ni refugio.
Quería ayudarles, y pensó que el granero sería un buen sitio para que se quedaran pues era cálido y seguro. Así que les abrió las puertas del granero y esperó, observándolos, con la esperanza de que se dieran cuenta de que el granero estaba abierto y entraran. Pero no lo hicieron.
Se le ocurrió la idea de hacer un camino de pan hasta el granero, pero seguían sin darse cuenta. Intentó empujarlos hacia el granero, pero entraron en pánico y se dispersaron en todas direcciones excepto hacia el granero. Muchos de los gansos murieron esa noche a causa del frío.
Mientras volvía a casa, se le ocurrió que la única forma de salvarlos era convertirse en ganso, en uno de ellos. “Entonces me seguirían y podría llevarlos a un lugar seguro”, dijo.
Fue entonces cuando, por fin, comprendió el amor de Jesús hacia nosotros. Jesús dejó el Cielo para ser un humano como tú y como yo. Jesús es capaz de hacer cualquier cosa para que uno de sus hijos crea en él, incluso enviar gansos en una tormenta de nieve.
Dee