
Pies cansados en arena caliente
«Señor, a lo largo de todas las generaciones, ¡tú has sido nuestro hogar!”. Salmo 90:1.
Imagínate caminar mucho, pero mucho en serio. Te duelen las piernas de tanto caminar y caminar, sin parar. Moisés estaba exhausto. Había caminado durante mucho tiempo, pero antes había corrido muy rápido, huyendo de la tierra de Egipto.
¿Sabes qué es un desierto? Es un lugar muy caliente durante el día, con mucha arena. Pocas plantas y animales consiguen sobrevivir a esa elevada temperatura. Moisés estaba exhausto en el desierto. De pronto, vio un pozo de agua y se sentó allí cerca. Alguien pronto se acercaría con un balde para sacar agua y así podría refrescarse.
Cuando estamos demasiado cansados, necesitamos hidratarnos y descansar un poco; y eso era lo que Moisés más quería. Su alegría fue inmensa cuando vio a lo lejos a personas acercándose al pozo. El cielo estaba bien azul, a pesar de la tierra seca y caliente. El Dios de su pueblo, del pueblo de Israel, proveyó todo. No quedaría solo en el desierto.
De la misma manera en que Dios cuidó a Moisés, también nos cuida a nosotros. Somos su pueblo. Somos los hijos de Dios.
MI ORACIÓN QUERIDO DIOS, GRACIAS POR CUIDARME CUANDO ESTOY CANSADO.
En el parque, en la playa o en un recipiente, escribe en la arena qué hace que te sientas exhausto o preocupado. Reflexiona con tu familia cómo nos ayuda Dios en todos los momentos.
Exhausto: cansancio después de un día de playa o pileta; como quedan los adultos después de un día de intenso trabajo.