Amnón y Jonadab
“Amnón tenía un amigo muy astuto, llamado Jonadab, que era hijo de Simá, hermano de David” (2 Samuel 13:3).
“Amnón tenía un amigo”. Todos podemos tener amigos, pero no todos los “amigos” son verdaderos amigos. Un buen amigo te ayuda, te orienta, te acompaña en momentos difíciles, te anima a alcanzar tus metas, comparte contigo momentos de alegría y es leal. Alguien puede aparentar ser tu amigo, pero si te aconseja a hacer lo malo, o si te facilita desobedecer a Dios, no es un amigo de verdad.
Jonadab se convirtió en un falso amigo para Amnón, porque le dio malas ideas acerca de cómo crear un plan lleno de mentira para engañar a su padre David (Amnón era el hijo mayor) y luego abusar de su media hermana Tamar.
Amnón tuvo una actitud incoherente. Se empecinó en tener una relación dañina con su media hermana. Era una actitud tan caprichosa que llegó a “enfermarse”. Llegó a pensar que amaba en extremo a Tamar, pero en realidad estaba pensando y actuando con maldad en el corazón. Por eso, el sentimiento que experimentó después de abusar de Tamar se resume en el versículo 15: “Fue tal el odio que Amnón sintió después hacia ella, que terminó aborreciéndola más de lo que la había amado. Así que le ordenó: ‘Levántate y vete’ ”. Amnón le faltó el respeto a Tamar; la usó. Su sentir estaba muy lejos de ser genuino amor.
Absalón, uno de los hermanos de Tamar, guardó en su corazón el deseo de venganza durante dos años. Entonces, preparó un banquete para todos los hijos del rey y ordenó a sus siervos que asesinaran a Amnón. Un elemento crucial para concretar el cruel acto fue el vino. Como en muchos relatos de la Biblia, el vino sirvió para desencadenar una serie de hechos lamentables. Cuando Amnón estuviera bajo los efectos del vino sería el momento oportuno para asesinarlo. Así, Absalón quiso vengar la deshonra contra su hermana y quitar del camino a Amnón, pues pensó que era el mejor candidato al trono por ser el hijo mayor del rey. Desde entonces, Absalón puso en marcha un plan para tomar el trono sin importar a quien tuviera que lastimar.
No todo el que se dice amigo, es amigo. No todo lo que se piensa que es amor, es amor. No todo lo que se piensa que es alegría en una fiesta, es alegría. ¡Decide sabiamente!
