Tāmîm
“La integridad es un estilo de vida; un sistema de guía interno que nunca te guiará por mal camino”. Kelley Kosow
La Biblia deja claro que “no hay ningún ser humano perfecto” (Ecl. 7:20, PDT); sin embargo, Dios hizo este llamado a Abraham: “Anda delante de mí y sé perfecto” (Gén. 17:1, RVR95). Si un ser humano, concebido y nacido en pecado, no puede ser perfecto, ¿a qué exactamente nos llama Dios cuando dice “anda delante de mí y sé perfecto”?
La palabra hebrea usada en Génesis 17:1 es tāmîm que, aplicada en la Biblia a personas, significa “completo, íntegro, sincero, piadoso, honrado”.127 La vemos traducida en Proverbios 2:21 como “los íntegros permanecerán” (RVR95); o en Proverbios 28:18 como “el hombre honrado será puesto a salvo”. Salmo 101:2 usa esta expresión: “En la integridad de mi corazón [tāmîm] andaré en medio de mi casa” (RVR95).
Echando un vistazo a otros pasajes bíblicos que usan la palabra tāmîm aplicada a personas, vemos que la integridad/honradez a la que nos llama la Biblia está asociada
- a vivir respetando la ley de Dios: “Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la ley de Jehová” (Sal. 119:1, RVR95);
- a no mentir: “El que dice la verdad de todo corazón” (Sal. 15:2); “el testigo honrado” (Amós 5:10);
- a tener un conocimiento profundo de la verdad: “¡Contigo está uno que es íntegro en sus conceptos!” (Job 36:4).
“La palabra tāmîm designa a un grupo de personas para la cuales la adherencia a valores éticos y sociales basados en el temor de Dios es de vital importancia”.128 No es ser perfecta en el sentido de no pecar (lo cual, como sabemos, es imposible), sino en el de ser íntegra/honrada porque te adhieres a los principios y valores de la sabiduría, que es el temor a Jehová (Prov. 1:7). Esa adherencia da paso a un caminar en humildad con el Señor, y ese es el llamado que él te hace.
Cuando Dios te invita a ser tāmîm, no te está diciendo que puedes ser impecable, sino que te está invitando a comprometerte con él de todo corazón para vivir con verdad, integridad, honradez y sabiduría; es decir, con profundos conceptos espirituales. Andemos, pues, delante de Dios y seamos tāmîm.
“Anda delante de mí y sé tāmîm” (Gén. 17:1, RVR95).
127 Adriani Milli Rodrigues, “Perfection”, Lexham Theological Wordbook (Bellingham, Wahington: Lexham Press, 2014)
128 Willem VanGemeren, ed., New international dictionary of Old Testament theology & exegesis (Grand Rapids, Míchigan: Zondervan, 1997), pp. 306-308.