«Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios. Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido» (Hebreos 5:12).
Estudios realizados indican que la cocción de los alimentos y tenerlos pelados y cortados por horas, reducen su efecto antioxidante. Los antioxidantes son encargados de prevenir diversas enfermedades y una vejez prematura. Esta información me hizo pensar en Niebla en agosto, una película basado en el libro de Robert Domes, que cuenta la historia de un adolescente que ayudó a salvar vidas en uno de los «centros especializados» donde se aplicaba la eutanasia a personas que los alemanes consideraban escorias.
La adaptación de la película relata el plan de dar muerte a los pacientes por medio de la alimentación. El director del centro especializado da la orden para que la comida de ciertas personas sea únicamente una «sopa recocida». De esa manera, las personas reciben tres comidas al día, sin saber que no están recibiendo
ningún beneficio nutricional. La pérdida de peso y debilidad demostraron que el plan estaba dando resultados. No trataremos de discutir si este acto fue un evento real o no. Sin embargo, tomaremos el principio del daño que causa la «sopa recocida».
¿Sabes por qué en ocasiones nuestra fe no es firme y se va detrás de la apostasía? El apóstol Pablo declara que hay personas que deberían ser expertas en la Palabra de Dios, pero se dejan llevar por cualquier idea, como los niños (Hebreos 5:13). Esta condición es consecuencia de consumir «sopas recocidas». Se malgasta valioso tiempo en trivialidades y no profundizamos en un conocimiento genuino de la Escritura. Vamos a la iglesia, pero damos vueltas en los mismos temas, de manera que, el alimento espiritual que ingerimos es totalmente carente de valor nutricional espiritual.
Así es como encontramos creyentes que llevan más de 20 años profesando su fe, pero van detrás de nuevas doctrinas. En Hebreos 5:11-14, encontramos al apóstol muy preocupado por esta condición de la iglesia. El que no está recibiendo «sopa recién hecha», no está listo para discernir entre el bien y el mal (Hebreos 5:14). No se dejen llevar por doctrinas diversas y extrañas. Es mejor afirmar el corazón con la gracia, y no con alimentos que no son de provecho (Hebreos 13:9). Consumir «sopas espirituales recocidas» es un buen método del enemigo para hacer de nuestro cristianismo una experiencia vacía que no nutre nuestra vida espiritual.
