Matutina para Mujeres | Martes 28 de Noviembre de 2023 | Conociendo el temor del Señor

Conociendo el temor del Señor

Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias. 2 Corintios 5:11.

Pablo escribió la segunda Epístola a los Corintios con el propósito de prepararlos para su segunda visita y corregir a la brevedad una serie de asuntos que necesitaban ser aclarados. Los cristianos de Corinto enfrentaban los mismos conflictos que enfrentan los cristianos de nuestra sociedad: falsas doctrinas, ataques al liderazgo espiritual, conflictos personales, falta de generosidad, idolatría e inmoralidad. Así que Pablo dio instrucciones para situaciones específicas; y para defender el ataque a su autoridad apostólica, agregó más información autobiográfica que en todas las demás cartas paulinas.

La iglesia en Corinto era influenciada por la cultura griega. Los creyentes tenían dificultad para aceptar ciertas verdades, especialmente la resurrección de los muertos. Para ellos, la resurrección solo incluía al espíritu. Creían que, al morir, el alma entraba en un estado eterno e incorpóreo. Tal influencia griega es sostenida por muchos hoy en día. Pablo explicó la resurrección corporal en detalle (ver 1 Corintios 15:46 al 58). Presentó cuatro razones porque debemos testificar: (1) seremos recompensados, (2) tenemos que rendir un informe de nuestras obras, (3) así agradamos a Dios, y (4) damos a conocer el temor de Dios.

Hebreos 10:31 dice que “horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo”. Si no presentamos esta cualidad de Dios, estamos dando un mensaje hermoso pero sin contenido. La teología liberal evita presentar temas acerca del juicio o de la justicia de Dios; pero aunque sea ignorada, esta verdad no se extinguirá. La Biblia es más que un manual de autoestima; también contiene la verdad de Dios como un ser justo y temible. La gente necesita saber que no son “buenas vibras” lo que le hace falta, sino Cristo. Esto no es muy popular, pero es lo que la Biblia enseña. Pronto estarás frente al tribunal de Cristo, así que vive en santo temor a Dios. Reverenciar a Dios te evita ofenderlo y pecar abiertamente; vives conforme al deseo de Dios.

Un genuino y saludable temor a Dios no te aparta de él sino que te motiva a complacerlo. Si temes a Dios ahora, no tendrás miedo cuando Cristo se manifieste como Juez solemne y pavoroso. Temer a Dios es comprender su carácter, majestad y grandeza frente a tu indignidad. Impide toda presunción, evita el pecado y elimina cualquier miedo. Te libra de ansiedad, y te capacita para adorarlo con reverencia, respeto y obediencia.

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