Interrogantes divinos
El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? Malaquías 1:6.
Malaquías intenta despertar a Israel de la tibieza espiritual. La fe de los israelitas había crecido a través de las dificultades. Luego de regresar del exilio y construir el templo, el mayor símbolo de su fidelidad a Dios, cayeron en una decadencia espiritual progresiva, se volvieron negligentes y tibios. Ya no era la lucha contra la idolatría ni el sacrificio de sus hijos como práctica pagana, sino que la relación estrecha con Dios comenzó a deteriorarse. Algunos de los pecados contra los que este profeta luchó fueron: los matrimonios mixtos, el divorcio injustificado, la apatía en la adoración, las ofrendas corrompidas o de animales enfermos o heridos. Para despertarlos del letargo, el mensajero presenta ocho preguntas dramáticas hechas por Dios para que reconocieran sus errores. El texto de hoy es el segundo interrogante a un pueblo que negaba haber cometido alguna equivocación.
¿Habrá algún parecido con nuestra realidad presente? No somos idólatras, pero nuestras iglesias están experimentando un deterioro progresivo. El fervor espiritual se ha perdido o reemplazado por una adoración basada en emociones. Algunos cambian el propósito del diezmo o dan diezmos incompletos. Los porcentajes de divorcio están a la par con el mundo en general. Hay una actitud descuidada y falta de compromiso. La forma como adoramos y ofrendamos a Dios refleja nuestra actitud de respeto.
Las preguntas divinas no son reproches airados, sino como las preguntas dolidas de una madre a un hijo que no logra entender la profundidad de su amor. Tal como un rebelde adolescente, los israelitas negaban las acusaciones y mostraban apatía al pedido de Dios de que le honraran como padre y le temieran como Señor. ¿Qué preguntas se hará Dios en cuanto a la condición de nuestra iglesia hoy? ¿Qué preguntas se hará de la forma en que adoras?
El mayor reproche de Dios era contra los dirigentes espirituales de su pueblo, pues en vez de ser ejemplos de obediencia y santificación, eran insensibles a la condición espiritual. Cuán grande es la responsabilidad que tienen los líderes, de advertir de la decadencia espiritual, de ser ejemplos en adoración y obediencia, de no callar cuando ven que la adoración colectiva está siendo mancillada.
Acércate y alaba a Dios con la reverencia que su santidad amerita.