Matutina para Mujeres | Sábado 23 de Diciembre de 2023 | Cristianos balanceados

Matutina para Mujeres | Sábado 23 de Diciembre de 2023 | Cristianos balanceados

Cristianos balanceados

A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Judas 1:23.

En 2013, el Estado de Arizona, Estados Unidos, sufrió la pérdida de bomberos más grande de su historia: la muerte de 19 bomberos del grupo élite Hotshot, altamente calificados y reconocidos por su combate del fuego en los peores incendios. El grupo estaba luchando por detener un incendio forestal; salvaron a un grupo de personas que nunca conocieron, y previnieron el incendio de doscientos edificios en Yarnell, Arizona. Pero el fuego cambió repentinamente de dirección y los alcanzó. Murieron salvando a otros.

¿Hasta qué punto intentarías salvar la vida de otros a riesgo de la tuya? Este es el asunto que Judas presenta. Su cortísima carta inicia con el tema de la salvación en Cristo, pero dedica la mayor parte de la epístola a aconsejar cómo detener el avance de las herejías entre sus lectores. Advierte de los falsos maestros y la condenación que les espera, y desafía a los fieles a defender la fe que profesan con premura, rigor y presteza (Jud. 1:5-19).

Prepárate para defender la doctrina bíblica y reconocerlo cuando un mensaje no sea bíblico. Judas presenta los pasos prácticos para lograrlo: la oración (vers. 20); una relación íntima y de amor con Dios (vers. 21); fortalecer la fe de quienes dudan (vers. 22); mostrar compasión con los que han caído en apostasía, pero con cuidado de no ser influenciados por ellos (vers. 23). Es un mensaje certero: Ora, obedece, ministra a los necesitados de paz y ruega por sabiduría para no corromperte con su pecado. Mantén un equilibrio entre un amor compasivo por las víctimas del pecado pero con repugnancia por la contaminación causada por este.

La instrucción dada por Judas desde el versículo veinte hasta el fin del capítulo […] nos enseña cómo dirigir la batalla en el servicio de Cristo. No debe demostrarse ningún derroche desequilibrado, no debe albergarse ninguna indolencia ni negligencia. No debemos ignorar la individualidad de nadie, ni justificar en alguna forma la crítica despiadada o las prácticas egoístas. […] Hay almas que deben ser arrebatadas del fuego, hay almas que deben ser tratadas con la más tierna compasión. Se necesitan obreros que hayan aprendido en la escuela de Cristo su método de salvar almas” (7CBA, pp. 964, 965).

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