Miércoles 05 de Abril de 2023 | Matutina para Jóvenes | Una mirada justa, juicios justos

Miércoles 05 de Abril de 2023 | Matutina para Jóvenes | Una mirada justa, juicios justos

Una mirada justa, juicios justos

¡Profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Romanos 11:33.

La primera imagen que viene a la mente de un cristiano actual cuando visualiza a Dios, sobre todo al Dios del Antiguo Testamento, es la de la ira. Es más, no se comprenden las guerras del Señor, ni los exterminios ni el enojo. Tal interpretación, además de generalizada y generalista, no responde a un estudio detallado de la Biblia y se ve afectada por las propuestas de un tal Marción. Este señor pensaba que el Dios del Antiguo Testamento era judío y malo, y el del Nuevo Testamento era cristiano y bueno. Es indudable que tal cuadro genera rechazo, o como mínimo, dudas religiosas.

Muchos de los problemas que tienen algunas personas con Dios residen en que emiten opiniones aunque les faltan datos. Reciben información sesgada y, desde el escepticismo, pretenden proponer sus etiquetas de lo divino. Los malvados proyectan lo que hay en su corazón, su imagen de dios que, en realidad, los define a ellos. ¿Dios es violento? No. Si leemos con atención el salmo 11, nos daremos cuenta de que es algo bien diferente: es justo. Lo que algunos pueden confundir con violencia no es otra cosa que un juicio divino. Ven la foto, pero no la película. David, en este himno, nos cuenta que él confió en Dios y las cosas le empezaron a encajar. Primero, comprendió cómo actúan los malvados (Sal. 11:2). Segundo, que Dios es un juez universal (11:4) y “sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres”. Está claro que él tiene todos los datos, no hay sumario que se le resista. Sin duda, el hombre recto será receptor de las consecuencias de su naturaleza; y, mucho ojo, el malvado también.

“¡Cómo te estás poniendo!”, podrán decir. Pues sí, querido amigo, el mal es irregularidad de causa y, también, de efecto. Nadie quiere que le “lluevan calamidades” (11:6), pero es la consecuencia justa cuando no se procede correctamente. David, exaltado, llegará a decir que “Dios es justo y ama la justicia” (11:7). Hay gente que es justa porque “así lo dice la ley”, y hay gente que es justa porque, además, “así lo dicta su corazón”. Dios, nuestro Dios, disfruta siendo justo porque es, sin ningún cuestionamiento, lo mejor, y de lo mejor, el que más.

David, por ello, nos recomienda que seamos gente de bien y lo miremos, como a un buen amigo, cara a cara (11:7). No siempre lo entenderemos pero, sin duda alguna, en sus juicios hay sabiduría.

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