Miércoles 08 de Septiembre | Matutina para Jóvenes | Amor devuelto

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Amor devuelto

“No tengas deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley” (Rom. 13:8, NVI).

Macarena tenía 19 años cuando comenzó a trabajar como voluntaria en un hogar de niños. Los llevaba a pasear el fin de semana, los cuidaba y jugaba con ellos. Pero había uno con el que tenía un vínculo especial: Javi.

Macarena decidió hacerlo parte de su familia. Pero un día, Macarena fue atropellada por un conductor ebrio. Javi era muy pequeño, pero era lo suficientemente grande como para darse cuenta de que su “mamá adoptiva” ya no iba a visitarlo. Le explicaron qué había pasado y lo llevaron al hospital para verla. El niño siguió visitándola siempre. Ahora él la sacaba a pasear en su silla de ruedas, vehículo al que quedó confinada para siempre. La acompaña una enfermera las 24 horas, está ocho horas al día conectada a un respirador y recibe 17 sesiones de rehabilitación cada semana.

Aunque Javi ya es más grandecito y volvió a vivir con su mamá biológica y sus hermanos, siempre siguió siendo parte de la familia de Macarena y la llena de afecto cada vez que la ve.

Podemos extraer varias lecciones de esta emotiva historia.

En primer lugar, el amor que brindamos a los demás siempre vuelve de alguna forma. Dar genuina y desinteresadamente tiene ese efecto revitalizador y poderoso que atraviesa cualquier barrera y silla de ruedas.

En segundo lugar, los vínculos que formamos con los más pequeños son muy importantes. Muchas veces tenemos la oportunidad de ser los adultos responsables que no todos tuvieron y contribuir a la formación de su identidad y valía.

En tercer lugar, las medidas de seguridad establecidas a la hora de conducir son muy importantes. A veces tomamos muy a la ligera nuestra vida y, en la búsqueda de adrenalina, ponemos muchísimo en riesgo. Puede pasar con algunos juegos en los parques de diversiones, con la práctica de deportes extremos o con simples descuidos que tientan las leyes establecidas.

Podemos ser demasiado temerarios y no darnos cuenta de que esa también puede ser una adicción de la que tendremos que rendir cuenta, que puede afectar nuestra vida y la de otros para siempre. Valoremos y cuidemos nuestra vida en todos los sentidos. Amémonos y cumplamos la ley.

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