Miércoles 12 de Enero de 2022 | Matutina para Jóvenes | La protección que importa

La protección que importa

«Alégrense los que buscan tu protección; canten siempre de alegría porque tú los proteges». Salmo 5:11

Las vacaciones familiares habían terminado y ahora regresábamos a casa. Tomamos un autobús en Santa Marta que nos llevó a Barranquilla. Allí tomamos el bus hacia Cartagena mientras el sol se ocultaba, pintando el cielo de arreboles. Como era un trayecto largo, el conductor detuvo el vehículo para que los que quisieran se estiraran un poco. Entonces, dos hombres salieron de entre los matorrales cer­canos y subieron al autobús. Yo cargaba a mi hija mayor de tres años, y mi esposa llevaba en su regazo a nuestra hija de dos años. De repente aquellos hombres dispararon hacia arriba y gritaron:

—¡Esto es un asalto! Agachen las cabezas, y comiencen a entregar el dinero. Si se levantan, se mueren —dijeron.

Obligaron al conductor a desviar el autobús. Afuera se escuchaba el ruido de las ramas quebrándose al paso del intruso metálico y aden­tro, el agitado respirar de cuarenta y cinco almas presas del pánico. El vehículo se detuvo y subieron cuatro hombres más. Oré: «Dios, pongo en tus manos a mi familia».

Empezaron a despojar a damas y caballeros por igual de sus joyas, dinero y objetos valiosos. Yo observaba mientras trataba de callar a mi hija que lloraba descontroladamente. Entonces uno de los asaltantes vino y me preguntó:

—¿Por qué no ha bajado? Salga del autobús, y que la niña no llore más. Cuando llegué a la puerta, otro de ellos me dijo que no bajara, que me sentara en los asientos delanteros, le entregó unas frutas a la niña que lloraba y le pidió que se callara.

Cuando todo finalizó y pudimos continuar el viaje, las únicas per­sonas con ropa, dinero y pertenencias éramos nosotros. Uno de los pasajeros señaló que era muy sospechoso que a nosotros no nos había pasado nada. Cuando dije que Dios nos había protegido él replicó:

—Sí, pero solo los protegió a ustedes. ¿Y nosotros?

Entonces le señalé que nadie había perdido la vida, y eso era lo más importante.

¿Te has fijado cómo a veces nos preocupamos más por lo material que por la vida misma? La Biblia habla de la protección divina, pero también dice que la vida vale más que las posesiones. Así que hoy @Dios te invita a confiar en su protección, pero sobre lo que realmente importa: la vida. Ah, y sí había algo sospechoso: descubrimos que el cómplice era el conductor, que terminó en la cárcel por lo sucedido.

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