Miércoles 12 de Octubre de 2022 | Matutina para Adolescentes | Héroe improbable

Héroe improbable

“Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida yel vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales queno lo obligara a contaminarse” (Daniel 1:8, NVI).

La guerra es algo terrible. Con los tanques rodando por el campo de batalla, las bombas explotando y las balas volando por todas partes, las cosas pueden ser bastante aterradoras. Sin embargo, cuando tu país te llama a luchar, normalmente no tienes otra opción. La mayoría de nosotros nunca ha estado cerca de una guerra pero, en tiempos pasados, era diferente. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania y Japón intentaban apoderarse del mundo, muchísimos estadounidenses fueron reclutados o se alistaron; en total, más de 16.000.000. Y Desmond Doss fue uno de ellos.

Aunque fue reclutado para el ejército, se negó a cargar un arma y a trabajar en sábado, y eso le causó todo tipo de problemas. No es de extrañar que los hombres de su unidad se burlaran de él y lo acosaran (al menos, al principio). Desmond entró en el ejército bajo la categoría de “objetor de conciencia”, pero él prefería el tér­mino de cooperador de conciencia, porque quería hacer todo lo posible por cooperar con los oficiales y sus camaradas soldados; para esto, y aunque no tenía experiencia en el área, pidió trabajar como auxiliar en el destacamento médico, y se lo concedieron. Al igual que Daniel en los tiempos de Babilonia, Desmond Doss fue fiel a sus convicciones y, gracias a ello, pudo dar testimonio de Dios de una manera extraordinaria.

Estuvo bajo fuego en muchas batallas. En una de ellas, que se desarrollaba en la cima de un acantilado ensangrentado en la isla de Okinawa, Desmond bajó a 75 hombres a un lugar seguro, todo el tiempo estando bajo el fuego japonés. Durante esas largas horas, mientras rescataba a un hombre tras otro, Desmond no dejaba de orar: “Señor, ayúdame a salvar uno más. Solo uno más”. Recién cuando el último hombre fue evacuado, Desmond se puso a salvo. Gracias a esta experiencia, y a muchas otras que evidenciaron su extraordinaria valentía más allá del llamado del deber, su nombre se convirtió en un símbolo en toda la 77ª División de Infantería

Luego de finalizada la guerra, Desmond Doss recibió, el 12 de octubre de 1945, la Medalla de Honor del Congreso, la máxima condecoración militar de los Estados Unidos, por sus logros no combativos en la Segunda Guerra Mundial.

Era la primera vez que un objetor de conciencia recibía la máxima condecoración militar de la nación. Y cuando Desmond fue honrado, Dios fue honrado, porque Desmond había defendido lo que sabía que era correcto, y dependía de Dios para que lo protegiera en el proceso. Eso sí que es inspirador.

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