Miércoles 20 de Julio de 2022 | Matutina para Adolescentes | Star Trek y la frontera final

Star Trek y la frontera final

“¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de losque anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15, RVR 95).

El 20 de julio de 1969, un hombre pisó por primera vez un misterioso cuerpo brillante a 384.400 kilómetros de la Tierra. Diez años antes, eso parecía imposible; y ahora, en sus televisores en blanco y negro, la gente vio el primer paso de Neil Armstrong y escuchó su famosa frase: “Es un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Durante años, los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) compitieron por la conquista del espacio. Pero, finalmente, ambas naciones lograron trabajar juntas desarrollando costosas tecnologías para la investigación conjunta en el espacio. En el actual laboratorio espacial multinacional, los científicos exploran cómo lentificar el proceso de envejecimiento, desarrollar nuevas curas para las enfermedades, y hacer que el espacio exterior sea menos un campo de batalla de armas y más una oportunidad para explorar una nueva frontera. El espacio es “la frontera final”, tal como decía la introducción de la serie televisiva Star Trek, en la cual la nave espacial Enterprise tenía como misión viajar “adonde nadie ha llegado antes”.

Después de que Estados Unidos hiciera unos cuantos viajes más a la Luna, el dinero para esos proyectos empezó a agotarse. Los estadounidenses se habían aburrido de la aventura (¡qué poca capacidad de atención!). Habían ganado a la URSS en llegar a la Luna, y ahora la NASA tenía cada vez más dificultades para conseguir dinero. Los últimos astronautas que pisaron la Luna fueron parte de la misión Apolo 17, un costoso programa en el que participaron unos 400.000 ingenieros, técnicos y científicos. En dólares de hoy, costó casi 100.000 millones.

La Luna es una parte muy pequeña del cielo, pero la conocemos bien. Un día brilla enormemente sobre el horizonte y, dos semanas más tarde, es un creciente pálido y delgado. El hombre caminó sobre su superficie, pero ese no es nuestro mayor logro. Con la ayuda de Dios, los cristianos hemos dado pasos aun más grandes: en solo dos siglos, hemos llevado el evangelio por todo el mundo. Lo triste es que, aun así, miles de millones todavía no han escuchado el nombre de Jesús. El Proyecto Josué (investigación que señala lo grupos étnicos del mundo con menos seguidores de Jesús) enumera 17.459 grupos distintos de personas en la tierra, de los cuales 7.422 aún no fueron alcanzados con el evangelio.

Este es el momento más emocionante en la historia de la Tierra. Entre la educación y la facilidad para viajar, existen innumerables maneras de compartir el mensaje de Dios con personas que, de otra manera, tal vez nunca lo conocerían. Es el momento de llegar “adonde nadie ha llegado antes” con el evangelio eterno.

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