Miércoles 23 de Noviembre de 2022 | Matutina para Jóvenes | El Gemelo

Miércoles 23 de Noviembre de 2022 | Matutina para Jóvenes | El Gemelo

El Gemelo

«Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús». Juan 20: 24

La palabra «gemelo» se aplica a cada uno de los dos o más hermanos nacidos del mismo parto. Tomás, uno de los doce discípulos de Jesús, era apodado «el Gemelo». Por eso, sería lógico suponer que Tomás debió tener un hermano que nació con él en el mismo parto, igual a él; sin embargo, se me hace extraño que el Señor no haya escogido al hermano de Tomás para ser su discípulo. En la lista de escogidos encontramos a tres parejas de hermanos: Andrés y su hermano Simón Pedro, Juan y su hermano Jacobo (hijos de Zebedeo), y Mateo y su hermano Santiago (hijos de Alfeo). Era lógico que se dijera Tomás y su hermano gemelo, pero no es así. ¿Dónde está el hermano gemelo de Tomás?

Ese hermano, que la Biblia no menciona a propósito, es nadie más y nadie menos que tú. Sí, tú eres ese gemelo perdido. Tú y yo somos ese hermano gemelo, al menos en lo que respecta a la característica distintiva de Tomás. Por ejemplo, Tomás tenía sus dudas, como las tienes tú, como las he tenido yo. Por eso, él es nuestro gemelo, porque en cuanto a interrogantes e incertidumbres nos parecemos mucho.

Pero Jesús aceptó a Tomás con todo y sus dudas. Cuando Tomás dice que necesita meter las manos en las heridas de Jesús, este no lo reprende sino que lo invita sin censura alguna para que lo haga: «Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree!» (Juan 20: 27).

Jesús le dijo a Tomás, y te dice a ti hoy: «Yo te acepto tal y como eres, con tus dudas e inseguridades, si lo deseas, ven y averigua». ¡Cómo me agrada ser el gemelo de Tomás! Me siento feliz al saber que Jesús me ama y me acepta con mis dudas. Tomás, cuando se encontró cara a cara con Jesús no fue capaz de llevar a cabo el experimento, le bastó con ver a Jesús, se echó a sus pies y exclamó: «¡Mi Señor y mi Dios!» (Juan 20: 28).

Sé que tú has pasado por esas circunstancias muchas veces, cuando el alma está cargada de dudas. Pero hoy puedes encontrarte con Jesús y revivir la llama de la fe. @Jesús te dice hoy: «Ven y haz la prueba. No seas incrédulo, ¡cree!».

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