Sábado 02 de Octubre de 2021 | Matutina para Mujeres | El camino a la pureza

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El camino a la pureza

“Para los puros todas las cosas son puras; pero para los que son impuros y no aceptan la fe, nada hay puro, pues tienen impuras la mente y la conciencia” (Tito 1:15).

El consejo que Dios nos ha dado para luchar contra la tentación y salir victoriosas es claro, y tiene la intención de preservar tu felici­dad en esta vida y en la venidera. Ese consejo es: 

  • Cuida lo que escuchas;
  • cuida lo que dices;
  • cuida lo que haces. 

Poner cuidado en estos tres aspectos de la vida es determinante. Elena de White dice: “Es necesario vigilar los pensamientos, levantar vallas en tor­no del alma con los preceptos de la Palabra de Dios; y ser cuidadosos con cada pensamiento, palabra y acción para no ser traicionados por el pecado. Es necesario guardarse con el fin de no cultivar la complacencia de las bajas pa­siones, pues estas no son el fruto de pensamientos y corazones santificados” (Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio, pp. 97, 98).

No te dejes arrastrar por las tendencias del mundo. El fin de las nuevas filosofías es la reivindicación del ser humano como centro del conocimiento; es defender su libre albedrío, aunque sea para hacerse daño a sí mismo.

Se privilegia la esencia de la libertad y la capacidad del individuo de trazar su destino con autonomía, relegando a Dios a un segundo plano. El mundo in­tenta convencerte de que no necesitas que Dios ponga límites a tu conduc­ta, pues tú eres la dueña de tu cuerpo y de tu vida, y puedes hacer lo que quieras con ellos. En respuesta, el Señor dice: “Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo” (1 Cor. 6:20).

Vivir por y para el placer es la consigna de muchos jóvenes. Los placeres buenos de la vida son dones de Dios, y él desea que los disfrutes, pero bajo los parámetros que nos indica en las Sagradas Escrituras. Los excesos sexuales destruyen la salud física, deterioran la conciencia moral, te alejan de Dios y te dejan a la merced de las bajas pasiones. 

Muchos pregonan que libertad es hacer lo que desees sin prejuicios, pues nada es bueno ni malo, sino que todo depende del cristal con que se mire. Sin embargo, el Señor nos ha dado normas y principios para salvaguardar nues­tra vida, proveernos felicidad y prepararnos para el reino de los cielos.

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