El compromiso de regresar – parte 1
“Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. ‘¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos?’, preguntaron. ‘Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo’. Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley y les preguntó dónde había de nacer el Cristo” (Mat. 2:1-4, NVI).
Las sombras de la pequeña antecámara no lograban ocultar el acelerado deterioro físico del rey; pero especialmente no lograban ocultar su furia, que parecía intensificarse cada vez más con el progreso de su enfermedad. El hedor de su ira podía sentirse en el ambiente.
El soldado se detuvo en la puerta, esperando ser reconocido. Con respiración entrecortada, el rey se quedó observándolo durante un momento. El jadeo de su aliento podía escucharse en el silencio de la habitación. El soldado se inclinó.
–¿Recuerdas los místicos extranjeros que vinieron por aquí recientemente? –preguntó el rey.
El soldado se quedó pensativo.
–¿Se refiere a los que buscaban a un líder designado divinamente?
–Sí, a esos mismos me refiero –respondió el rey, quejándose mientras trataba de buscar una posición más cómoda.
El soldado temió que el monarca sufriera otra convulsión.
–He… he recibido noticias –exclamó el rey–, de que me engañaron.
El rey se inclinó hacia delante. El mal aliento, producto de su padecimiento, bañó al soldado. Pero el hombre, mucho más joven, estaba adiestrado para tolerar casi cualquier cosa.
–Antes de que salieran de la capital los convoqué en secreto, y les dije que me hicieran saber lo que descubrieran cuando llegaran al lugar donde nacería el supuesto rey –dijo el monarca mientras apretaba su puño fuertemente–, pero no lo hicieron. Aparentemente encontraron a quien buscaban, y luego se fueron, ¡sin informarme nada!
–Entonces esa profecía en la que creían, ¿podría ser cierta? –preguntó cautelosamente el soldado.
Continuará…
GW